El sistema integral de educación en la fe en primaria


Las 8 consideraciones fundamentales que debes seguir para ofrecer a los niños y niñas de primaria el mejor curso de educación en la fe

 

Si estas impartiendo la materia de educación en la fe a nivel primara, es bueno que te plantees las siguientes preguntas: ¿El sistema educativo que estás utilizando es integral, es decir, es completo es sus aspectos fundamentales? ¿Tienes idea de qué elementos debe contener un sistema educativo para ser integral? Esperemos que así sea. Si no es así, te compartimos 8 criterios que pueden ayudarte a responder estas preguntas.

Los malos sistemas de educación en la fe

Veamos primero algunas realidades que quizá ustedes también hayan experimentado. Existen sistemas de educación de la fe para niños y niñas de primaria que dejan mucho que desear, en cuanto a sus contenidos por estar incompletos o sobresaturados. Sus métodos no son específicos ni claros, o demasiado complejos. El lenguaje que utilizan es incompresible o demasiado “técnico” e inadecuado. Algunos carecen de estructura y secuencia temática. Su enfoque es meramente doctrinal y reiterativo, ajeno a la realidad de los educandos. Y así podríamos seguir con una lista larga de defectos que no abonan al aprendizaje de los niños y niñas. Un sistema tal no es integral, pues le faltan elementos importantes para lograr una formación adecuada.

Criterios de un sistema de educación en la fe integral

Dicho lo anterior, es necesario que conozcas los 8 elementos que conforman un sistema de formación en la fe para primaria para que sea totalmente integral:

  1. En primer lugar, tiene que estar diseñado para iniciar en la fe a los niños y niñas desde primero de primaria, y que los acompañe gradualmente, año con año, hasta el sexto grado.
  2. Debe ser un auténtico itinerario de iniciación cristiana, abierto a todos los componentes de la vida humana y cristiana, que conecte constantemente con la vida real de esa generación de niñas y niños y tome muy en cuenta sus sentidos, emociones y sentimientos, sus inquietudes y sus preguntas, sus realidades y expectativas individuales, familiares y colectivas. Un itinerario de iniciación que sea adecuadamente elemental, pero, a la vez debidamente completo.
  3. Este sistema de formación en la fe, debe tener a Cristo y el proyecto del Reino de Dios como eje temático central. Asimismo debe incluir una estructura temática transversal que tome en cuenta a la familia, los derechos humanos y cristianos, el desarrollo humano personal y colectivo, el cuidado de la casa común y los valores humano-cristianos. De este modo se hacen resaltar los contenidos esenciales de la iniciación cristiana y su aplicación a la vida de los niños y niñas.
  4. Como proceso educativo dinámico, debe ser capaz de responder a cada una de las fases más significativas del desarrollo infantil en lo biológico, en lo psíquico, en lo familiar, en lo social y aún en lo religioso. Estos ámbitos son componentes esenciales del aprendizaje y del comportamiento de los niños y niñas de esas edades y, por tanto, deben serlo también del itinerario de la formación de su fe.
  5. Es fundamental valerse de un método claro, que lleve de la mano a los niños y niñas a ver la realidad de su propia existencia, a descubrir con la alegría del Evangelio la experiencia de Dios en esa realidad y, con su grupo, aprenda a celebrar y evaluar sus descubrimientos, y así aprenda a saber, sentir y hacer.
  6. Que sea un sistema de formación en la fe que, para transmitir con alegría y sentido del humor el mensaje de Cristo a los pequeños y pequeñas, utilice un lenguaje experiencial con los trípodes: “idea, imagen y emoción”, “palabra, memoria y testimonio”, o “doctrina, celebración y compromiso” con la vida.
  7. Consecuentemente, debe ser un proceso educativo que incluya diversos recursos didácticos, esto es, diálogos, dinámicas de grupo infantiles, juegos, cantos y actividades diversas que permitan, a los niños y niñas, descubrir, experimentar y vivir la alegría del Evangelio y, junto con sus compañeros, la felicidad y la fraternidad de los hijos de Dios.
  8. Finalmente, debe ser un sistema de iniciación cristiana que haga equipo, que involucre, no solo a los educadores y educandos, sino, expresamente, también a los padres de familia y a la comunidad educativa.

Analiza las opciones

Como educadores en la fe de niños y niñas de primaria nos toca:

  • Revisar, analizar y comparar el sistema educativoque estamos usando, bajo los criterios que anteriormente hemos recalcado, para cerciorarnos de que sea realmente integral.
  • De no ser así, y si queremos influir de manera adecuada y verdaderamente cristiana en nuestros niños y niñas, promovamos la búsqueda y selección de un sistema que sí lo sea. Analicemos otros sistemas y adoptemos aquel que realmente ayude en nuestra misión educativa, que para eso Dios nos ha llamado.

Estamos seguros que estos criterios pueden servir de guía para ayudarte a revisar, comparar y elegir el mejor sistema integral de formación en la fe para las necesidades y a la realidad de tus educandos.

Si tienen alguna experiencia que compartir, nos dará mucho gusto recibirla.

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