¿Por qué educar en la fe a niños y niñas de primaria?

5 razones para que te convenzas de que la educación en la fe es muy valiosa para los niños de 6 a 12 años.

 

 

 

¿Alguna vez te has preguntado, por qué educar en la fe a los niños y niñas? ¿Qué les puede aportar la fe en su educación?

La preocupación de los padres

La preocupación constante de que nuestros hijos encaucen por un buen camino sus vidas, nos lleva a buscar las herramientas que les permitan tener un sólido conjunto de valores. Es por esto que nos dimos a la tarea de organizar y compartir contigo las 5 razones más importantes que encontramos en nuestra experiencia de educadores en la fe que van a motivar tu preocupación para acercar a tus hijos con Dios.

Razones para la educación en la fe

El amor es la primera y principal razón. Porque amamos a nuestros niños y niñas, por eso deseamos lo mejor para ellos y ellas. Todos sabemos que el amor es la fuerza más grande que mueve nuestra vida, y, además, los niños son los “predilectos” de Dios. Queremos que los niños se sientan amados, deseados e incluidos en la familia, en la escuela, en la Iglesia. Soñamos con una familia amable, amante de sus hijos. ¿Te imaginas una sociedad así? De hecho, así debería ser, pues creemos en el Dios del Amor, el que nos presentó Jesús de Nazaret. Hemos descubierto que lo más valioso de la vida es amar y ser amado. Esto mismo queremos que nuestros hijos y educandos descubran y vivan.

La segunda razón responde a la curiosidad. Los niños y niñas de 6 a 12 años tienen muchas inquietudes; en esa etapa preguntan mucho, se admiran de todo y están abiertos a entender cualquier cosa que viven. Ante esta infinita curiosidad hay que aprovechar, también, para hablarles de Dios. ¿Cómo podemos hacerlo? A través de una oración sencilla, que pueden repetir; acudiendo a misa, donde les explicamos el sentido de lo que hacemos (sentarnos, escuchar las lecturas, darnos la mano); reflexionando sobre personajes ejemplares que se mencionan en la Biblia. En otras palabas, tenemos que aprovechar cualquier ocasión o inquietud para orientarlos hacia el mundo de la fe. Esta es una tarea para los papás y mamás, que ayudan más que cualquier libro o manual de catequesis. Sin duda, esta labor es fundamental en la educación integral, pues le da sentido a la vida de los pequeños y los anima a seguir preguntando; porque cada persona es un misterio, que se va descubriendo conforme vaya creciendo.

La tercera justificación tiene que ver con los valores, porque en el entorno actual, caracterizado por la complejidad social y la globalización económica y cultural, educar en valores es una cuestión imprescindible para formar personas que sean capaces de asumir los nuevos retos y comprometerse activamente en la construcción de un mundo mucho más justo, inclusivo y equitativo. Escuela y familia deben trabajar en conjunto para aportar los criterios, procedimientos y herramientas para hacer frente a la vida.

El cuarto argumento es el tratamiento de la espiritualidad. Los niños y niñas, aunque pequeño de edad, pueden vivir y sentir en profundidad. Es fácil decir y hacer las cosas al “ahí se va”, vivir sin gozar, pero la espiritualidad tiene que ver con saborear cada momento, cada cosa que realizamos; disfrutar la comida, la compañía de un amigo; apreciar los bello de cada momento y la Creación. De otra manera, el papa Francisco habla de esa espiritualidad cuando invita a reflexionar sobre: “¿Qué es lo que te mueve? ¿Qué hace sentirte piedra viva?”, y salir de la comodidad para encontrar una auténtica felicidad, una vida sencilla, más allá del plano material.

Por último, podemos decir que lo mejor de nuestra vida cristiana es conocer a Jesús, el enviado de Dios. Esta figura es un  ejemplo de vida, un recordatorio de todo lo bueno que tenemos, porque nos ofrece su Palabra, su gracia y su luz que reconforta nuestro camino. Como guía experto y sabio, “está feliz de acompañarnos en los senderos más difíciles y en las ascensiones más impracticables” (papa Francisco).

Seguramente haya muchas otras razones para incluir la fe en la formación integral de las y los niños de primaria, pero en los más de 30 años que tenemos de experiencia en Dabar estas son las más valiosas que nos han compartido padre, maestras y educando, y son muy valiosas para nosotros. Es por eso que las compartimos contigo para decirte: ¡ánimo! Lo que haces está muy bien, pues aporta mucho valor a la vida de los pequeños y pequeñas.

Estaremos muy agradecidos si compartes con nosotros alguna de tus motivaciones que has descubierto a lo largo de tu camino como educador o educadora en la fe, para socializarla con otros padres de familia, educadores, y así animarnos, mutuamente, a seguir sembrando la semilla de la fe.

3 Comentarios. Dejar nuevo

  • Guadalupe Concepción Márquez Castillo
    13 febrero, 2022 11:43 am

    Gracias, en verdad es muy útil la información que nos envía, Dios les bendiga abundantemente y siempre

    Responder
  • Norma angelica caudillo
    13 abril, 2022 9:39 am

    La fe es la semilla de la esperanza.
    Educar con pasión.enseñar jugando.con dinámicas no aporta.enseñar biblia con manualidades son vivencias eternas.
    Un hombre sin fe es una batalla sin timón

    Responder

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Rellena este campo
Rellena este campo
Por favor, introduce una dirección de correo electrónico válida.
Tienes que aprobar los términos para continuar