«Jesús, transforma nuestro corazón y enséñanos a amar a Dios y al prójimo con generosidad».

¿Cómo correspondes al corazón de Jesús? Esto mismo podrías trasmitir a tus catequizandos.


La celebración del Sagrado Corazón

Cada año, la Iglesia católica dedica este mes de junio (día 24) al Sagrado Corazón de Jesús, en el que hacemos memoria del amor fiel e incondicional de Cristo por la humanidad.

Según la tradición cristiana, esta devoción al Corazón de Jesús existe desde los primeros cristianos, quienes meditaban sobre el costado y el corazón abierto del Señor, del que nos hablan los evangelios.

Dicha tradición tomó más fuerza a partir de 1675. Ese día, Jesús se le apareció a santa Margarita Alacoque y le mostró su corazón. Según señaló la santa, el Corazón de Jesús estaba rodeado de llamas de amor, coronado de espinas y tenía una herida abierta de la que brotaba sangre, y del interior del mismo salía una cruz.

“He aquí el Corazón que tanto ha amado a los hombres, y en cambio, de la mayor parte de los hombres recibo ingratitud, irreverencia y desprecio”, dijo Jesús a la santa.

La invitación del Sagrado Corazón

El Papa Benedicto XVI afirmó que “al ver el Corazón del Señor, debemos de mirar el costado traspasado por la lanza, donde resplandece la inagotable voluntad de salvación por parte de Dios”. “La adoración del amor de Dios, que ha encontrado en el símbolo del ‘corazón traspasado’ su expresión histórico-devocional, sigue siendo imprescindible para una relación viva con Dios«.

Es por eso que en este mes los católicos estamos llamados a demostrar con actitudes, obras y palabras nuestra respuesta al gran amor de Jesús, que murió por nuestra salvación y se quedó en la Eucaristía para enseñarnos el camino a la vida eterna.

El papa Francisco nos invita a «mirar con confianza al Sagrado Corazón de Jesús y a repetir con frecuencia, especialmente durante este mes de junio: Jesús manso y humilde de corazón, transforma nuestro corazón y enséñanos a amar a Dios y al prójimo con generosidad».

Con los niños, leamos en nuestra Biblia los pasajes que hablan del corazón de Jesús. Enseñémosle a valorar ese gran don que Jesús nos hace y consagremos a los niños al corazón de Jesús como respuesta a su amor.

Promovamos en nuestra familia y entorno el amor al corazón de Jesús y pongamos el corazón en todo lo que hagamos como una respuesta a la entrega que Dios hace de sí por un mundo mejor, pacífico y fraterno para todos.

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