La búsqueda de la comunicación y trato con un ser superior, trascendente, es tan antigua como la misma raza humana


 

“… los dejó que buscaran por sí mismos a Dios, para ver si lo descubrían, aunque fuera a tientas, y lo encontraban, porque no está lejos de cada uno de nosotros”

(Hechos 17, 27).

Amiga y amigo, empezamos a compartir contigo una serie de  temas que tratarán un asunto tan importante para la vida cristiana, que el Catecismo de la Iglesia Católica le dedica 298 números (2558-2856), prácticamente toda su cuarta y última parte: La oración cristiana.

Por ser el primer tema de la serie, empezamos por preguntarnos ¿Qué es orar, y cuál es el origen de esa búsqueda de relación del ser humano con Dios?

 

Lo que te dicen las ciencias del hombre

  • Las ciencias del hombre te enseñan que el ser humano –hombre o mujer- es por naturaleza social y, como tal, necesita estar en comunicación con sus semejantes. Este es el origen de las lenguas y los lenguajes y de las múltiples formas de comunicación auditiva, visual y hasta táctil: publicaciones y todo tipo de sistemas y dispositivos antiguos y modernos de comunicación como la palabra, los símbolos, el telégrafo, el teléfono, la radio, la televisión, los teléfonos celulares, el Internet el (correo electrónico, las redes sociales), que hacen que esa palabra y la comunicación entre nosotros sea inmediata en y desde cualquier parte del mundo.
  • Pero también la historia, los monumentos arqueológicos y los documentos más antiguos te demuestran que esa tendencia innata del ser humano no tiene como destinatario solo a sus semejantes, sino que ha buscado siempre comunicarse y relacionarse también con “alguien” que está más allá de lo que él ve y experimenta. “Alguien” a quien confiarle sus miedos y angustias y pedirle ayuda, un ser superior al ser humano, un ser Los esfuerzos que pueblos y culturas han hecho por satisfacer esa necesidad de comunicación han pasado a ser parte de su vida y de su historia: nos han dejado pruebas de ello. Nombres como Yahvé, Allah, Moyocoyani Teyocoyani, Dios, lo confirman.

 

Lo que te dice la humanidad actual

  • Los 7700 millones de personas que integramos la humanidad al día de hoy somos seres humanos –mujeres y hombres- y, por lógica, según lo compartido en los párrafos anteriores, todos experimentamos esa misma tendencia innata y natural hacia la comunicación con el ser trascendente. Pero, sucede que, con mucha frecuencia, muchísimos seres humanos la hacemos a un lado y no la reconocemos sino hasta que, por alguna extraña razón, nos “aprieta mucho el zapato”.
  • Basados en diversas encuestas y sondeos realizados en diversos países del planeta, muchos estudiosos del comportamiento humano afirman que hoy, prácticamente no se puede encontrar un pueblo que no incluya en su cultura alguna o algunas confesiones y/o profesiones religiosas. Es decir, que actualmente, en todos los pueblos y culturas se está dando de diversas maneras esa búsqueda connatural de un trato personal con el ser superior. La mayoría de los pueblos llaman a este trato personal oración, sobre todo entre los más de 1500 millones de católicos que somos hoy en el mundo.
  • Existen muchos autores que hablan hoy acerca de la necesidad y la importancia de la oración en tu vida. Citaré sólo a tres como ejemplos: William James, filósofo norteamericano: “La razón por la que oramos es sencillamente que no podemos menos de orar”. Alexis Carrel, célebre médico francés: “Necesitamos la oración tanto como el aire que respiramos”, Frithjof Schuon, filósofo, teólogo y director espiritual Suizo: “Existo y por eso hago oración” (parafraseando a Descartes).
  • Evidentemente, para que tú no puedas menos que orar, sientas la necesidad de orar tanto como de respirar y tu existir te lleve a la oración, es necesario que “corras el riesgo de creer en él” porque, si no crees en él, ¿para qué lo buscas? Pero no te preocupes, el riesgo de creer no es tan grande, porque de los 100 pasos que hay que dar para la fe, en la oración Dios da los primeros 90 pasos para encontrarse contigo y a ti solo te quedan 10 por caminar.
  • En resumen, orar es que hagas el esfuerzo de buscar a Dios para hablar con él, para platicarle lo que te sucede, lo que crees necesitar, lo que sientes y anhelas, con la seguridad de que él te escucha y que siempre encontrará la manera de responderte.

 

Nuestra intención, al compartir contigo este tema, es invitarte a analizar esta comunicación con Dios, alentarte a practicarla y a que vayas compartiendo con tu comunidad parroquial las experiencias de oración que vayas teniendo con esta serie de temas. Si logramos nuestro propósito, nos gustaría saberlo, esperamos tu comunicación.

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