Conoce los dos métodos básicos de autoevaluación para el grupo de animación litúrgica de tu parroquia


“Por esta razón, los pastores de almas deben vigilar para que en la acción litúrgica no solo se observen las leyes relativas a la celebración válida y lícita, sino también para que los fieles participen en ella consciente, activa y fructuosamente”

(Sacrosantum concilium n. 11).

 

Amigos(as) agentes de pastoral y catequistas, anteriormente les hemos compartido algunas ideas sobre la animación litúrgica, las metas del equipo, y ejemplificamos una celebración dominical. Ahora queremos, junto con ustedes, reflexionar sobre algo que es fundamental para el desarrollo y el enriquecimiento de la animación litúrgica: la autoevaluación del equipo de liturgia. Primero algunas ideas sobre el qué, con quién, dónde y cuándo de la autoevaluación, y luego sobre el cómo.

Les compartiremos algunas guías de cuestionamientos que les ayudarán a autoevaluarse como equipo.

 

 

Para la autoevaluación

  • El qué: Evaluar tiene como primer significado valorar. Si cada uno y todo el equipo no valora lo que hace o deja de hacer, no tiene sentido evaluarse. Es muy importante que apreciemos el valor de lo que hacemos, porque con ello algo bueno logramos, pero también de lo que dejamos de hacer, porque comprometemos nuestro resultado y el de los demás.
  • El con quiénes: Con todo el equipo de liturgia, en especial el equipo que participó en la animación de la celebración a evaluar. Como se dijo en la reunión de preparación, aquí también es muy importante que esté el sacerdote celebrante. Es recomendable también que pueda estar, al menos algún representante de los otros equipos de pastoral de la parroquia.
  • El dónde: De ser posible, en el mismo salón donde se hizo el diseño previo de la animación. Eso nos ayuda a recordar lo que decidimos hacer y para qué.
  • El cuándo: Lo más cercano posible al día de la animación a evaluar.

 

Algunas ideas de cuestionamiento

Evaluar es tan importante como preparar, porque al cuestionar nuestras acciones y omisiones, aprendemos tanto o más que cuando las preparamos y diseñamos.

Es importante hacer hincapié en que evaluar no es juzgar ni criticar ni mucho menos condenar. Es un diálogo fraternal y comprometido para aprender, avanzar y enriquecer nuestro servicio; pero, sobre todo, para ir logrando que nuestra comunidad se acerque con sentido y alegría a sus celebraciones, y ellos y nosotros salgamos de ellas siendo al menos un poquito mejores seres humanos y cristianos.

Consideramos que hay dos caminos posibles para autoevaluarse: o se cuestionan qué tanto consiguieron los objetivos propuestos, o se cuestionan sobre cómo percibieron a la asamblea en cada uno de los momentos de la celebración. Les proponemos una guía sencilla para cada camino:

 

 

La guía de evaluación por objetivos

  • ¿Logramos, en la preparación y diseño, involucrar los objetivos de los demás equipos de pastoral parroquial? Sí. Responder cómo y cuáles. No. Reflexionar qué lo impidió
  • ¿Logramos que la asamblea participara más unánime en los rezos, cantos, respuestas y movimientos comunes? Sí. ¿En qué lo notaron? No. ¿Qué creen que sucedió o faltó?
  • ¿Pudimos favorecer mejor el sentido de celebración y de comunión eclesial sobre todo en la bienvenida, en las procesiones, en la colecta y en la despedida? Sí. ¿Dar ejemplos de lo observado? No. Señalar las fallas concretas percibidas.
  • ¿Nuestro acompañamiento con acciones, gestos, ademanes y moniciones, logró despertar el interés y provocar el deseo de la asamblea de vivir activamente la celebración? Sí. ¿En qué lo notaron? No. Dar ejemplos de lo que se piensa que no fue bien hecho.
  • La homilía y las introducciones del celebrante, por su mensaje y su lenguaje, ¿lograron conectar la celebración con la vida diaria de nuestra comunidad? Sí. Dar ejemplos de conexión. No. Dar ejemplos de lo que no conectó.
  • ¿Logramos percibir en la asamblea algunas señales de que, al menos una buena parte de la asamblea tuvo su encuentro personal con Cristo y fraternal con los demás? Sí. Especificar señales. No. Reflexionar en lo que piensan que hizo falta.

 

La guía de evaluación por momentos de la celebración

  • Lo primero que debe cuestionarse es cómo se sintió el equipo y cada uno de sus integrantes en esta animación: ¿Nerviosos, pero entusiasmados? ¿Conformes o inseguros? Dar ejemplos concretos y reflexionar por qué.
  • Momento de acogida y acomodo: ¿Cómo percibimos a las personas, sonrientes y amables, o indiferentes y aun quizá molestos? Dar ejemplos concretos de la percepción que tuvieron.
  • En el momento de la lectura y escucha de la Palabra de Dios: Los lectores escogidos, ¿leyeron bien? ¿Los volveríamos a invitar? ¿Notamos a la asamblea atenta a la escucha de la Palabra de Dios? En cada caso, dar detalles del sí o del no.
  • Durante la homilía: ¿Cómo notamos a los asistentes? ¿atentos e interesados? ¿Somnolientos, ausentes, o mirando el reloj? Responder más o menos cuántos y dar detalles de lo que se percibió.
  • En el momento de la preparación de las ofrendas ¿Cómo resultó la procesión y la entrega? ¿muy ordenada? ¿poco ordenada? Dar detalles y reflexionar por qué.
  • En el momento del rito de la comunión: ¿Qué tan unánime y entusiasta fue el rezo o el canto del Padrenuestro? Mucho; poco; dar detalles y opinar por qué. ¿Qué porcentaje aproximado de la comunidad se acercó a comulgar? Apreciar si fue alto o bajo y reflexionar qué ayudó o qué faltó.
  • En el momento de la conclusión, envío y despedida: ¿Cómo percibimos a los que iban saliendo, alegres, reflexivos, apresurados? Dar detalles de lo percibido y reflexionar por qué.

 

 

Recuerda que estos son solo dos posibles caminos de autoevaluación y dos simples guías de cuestionamiento que les ayudarán a empezar a confrontarse consigo mismos y tener el valor de reconocer lo que hacen bien y lo que no. Seguramente con el tiempo ustedes llegarán a tener cuestionarios más elaborados, fruto de su propia reflexión sobre ustedes y su comunidad.

Nos dará mucho gusto saber si en algo pudimos ayudarles y si ustedes han ido mejorando por su auto reflexión en equipo.

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