Durante esta semana caminaremos con Jesús hasta el Calvario, y con él estaremos en la mañana del domingo de resurrección, en la que inaugura un mundo nuevo para todos
Con el Domingo de Ramos iniciamos la Semana Santa o la semana mayor. Es la mejor ocasión para hacer memoria del misterio de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, nuestro Salvador. Caminaremos con él hasta el Calvario, y con él estaremos en la mañana del domingo de resurrección, en la que inaugura un mundo nuevo para todos. La oración nos compromete con los hermanos. Por eso deseamos asumir actitudes concretas a favor de los demás. Saldremos de nosotros mismos para ir al encuentro de quienes necesitan nuestra solidaridad (limosna). Rezando y siendo solidarios, cuidaremos también nuestra vida: nuestro cuerpo, esperanzas y proyectos. Todo con vistas al bien mayor: la felicidad en Dios. Este es el tiempo que nos acerca a los sacramentos de la salvación. Con el ayuno, la oración y la limosna (caridad), vivamos esta oportunidad única en nuestra vida. ¡Es tiempo de cambio, de conversión!
Este año 2023 los días de Semana Santa son los siguientes:
2 de abril: Domingo de Ramos
3 de abril: Lunes Santo4 de abril: Martes Santo5 de abril: Miércoles Santo
6 de abril: Jueves Santo 7 de abril: Viernes Santo 8 de abril: Sábado Santo (o de Gloria) 9 de abril : Domingo de Resurrección (Pascua) |
Ofrecemos una breve introducción a estos días de reflexión, así como las lecturas litúrgicas correspondientes, y unas pistas de cómo participar mejor en ellos. La finalidad de nuestra propuesta es ayudarte a vivir con más profundidad y sentido nuestra vida cristiana y salir fortalecidos en nuestras relaciones humanas.
Domingo de Ramos, 2 de abril 2023
Conmemoramos la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. Fue recibido por una multitud que lo aclamaba como rey con cantos y palmas.
La ceremonia litúrgica de este día comienza con la bendición de las palmas y ramas de olivo que llevan los fieles a la parroquia, rememorando este pasaje del evangelio. Los ramos simbolizan la participación gozosa en el rito procesional, en el que Cristo va hacia la muerte para la salvación de todos. Así este domingo tiene un doble carácter, de gloria y de sufrimiento.
Lecturas de este día, que puedes buscar en tu Biblia:
Isaías 50,4-7
“He ofrecido mi espalda a los que me golpeaban, mis mejillas a quienes me tiraban la barba, y no oculté mi rostro ante las injurias y los escupos” (v.6).
Salmo 21. Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
Fil 2,6-11.
Él compartía la naturaleza divina,
y no consideraba indebida la igualdad con Dios,
sin embargo, se redujo a nada,
tomando la condición de siervo,
y se hizo semejante a los hombres.
Y encontrándose en la condición humana,
se rebajó a sí mismo
haciéndose obediente hasta la muerte,
y muerte de cruz.
En estas líneas, san Pablo aplica a Jesús la profecía del Siervo de Yahvé que leemos en Isaías 52,13-53,12: el servidor, pasando por la humillación, alcanza gloria. Aquí tenemos una intuición muy profunda del misterio de Jesús. Su identidad está toda en este despojamiento. Es propio del Hijo perderse a sí mismo para ser retomado en la unidad divina.
Marcos 15,1-39. “Los soldados sacaron a Jesús fuera para crucificarlo… Lo llevaron al lugar llamado Gólgota («calavera»). Después de ofrecerle vino mezclado con mirra, que él no quiso tomar, lo crucificaron y se repartieron sus ropas, sorteándolas entre ellos (v. 20b.22-24).
¿Cómo podemos participar de la celebración de este día?
Hay muchas maneras de acompañar a Jesús, pero en concreto te sugerimos:
- Participar de la procesión comunitaria
- Leer y meditar las lecturas del día.
- Hacer una oración y pedir por la salud de nuestros enfermos.
- Leer algún libro referente a la celebración del día, para profundizar en el mensaje.
Lunes 3, martes 4 y miércoles 5 de abril
Durante esta semana, lunes, martes y miércoles santos, en muchas comunidades se acostumbra a reunir a los niños, jóvenes y padres de familia para profundizar en la fe con retiros, dinámicas y reflexiones y vivir así mejor esta celebración.
Lo ideal sería para nosotros como catequistas ofrecer un retiro o alguna charla para los diferentes públicos que tenemos: niños, jóvenes y adultos. Si la gente está más sensibilizada, porque el ambiente ayuda, aprovechemos esta oportunidad y busquemos la manera de orientarlos a que profundicen en su relación con Jesús.
Jueves Santo, 6 de abril
«Pues si yo, siendo el Señor y el Maestro, les he lavado los pies, también ustedes deben lavarse los pies unos a otros. Yo les he dado ejemplo, y ustedes deben hacer como he hecho yo» (Jn 13,14).
Lecturas:
Éxodo 12,1-8.11-14. Dios da indicaciones a Moisés de cómo celebrar la pascua judía
“Esa misma noche comerán la carne asada al fuego; la comerán con panes sin levadura y con verduras amargas... Y comerán así: ceñidos con el cinturón, las sandalias en los pies y el bastón en la mano. Ustedes no se demorarán en comerlo: es una pascua en honor de Yahvé. Durante esa noche, yo recorreré el país de Egipto..” (v.8.11-12a)
Salmo responsorial: Sal 115,12-13.15-16bc.17-18
R/. El cáliz de la bendición es comunión con la sangre de Cristo
Segunda lectura: 1 Corintios 11,23-26
Yo he recibido una tradición, que procede del Señor y que a mi vez os he transmitido: Que el Señor Jesús, en la noche en que iban a entregarlo, tomó pan y, pronunciando la acción de gracias, lo partió y dijo: «Esto es mi cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía.»
Evangelio (Juan 13,1-15). Lavatorio de pies
«Pues si yo, siendo el Señor y el Maestro, les he lavado los pies, también ustedes deben lavarse los pies unos a otros. Yo les he dado ejemplo, y ustedes deben hacer como he hecho yo» (Jn 13,14-15).
En esta celebración hacemos memoria de tres verdades fundamentales de nuestra fe:
- La última cena de Jesús con sus discípulos.
- El mandamiento del amor.
- La institución del sacerdocio.
¿Cómo podemos participar de la celebración de este día?
- Participar de la liturgia comunitaria.
- Leer e interiorizar las lecturas del día.
- Lavarnos los pies en la familia, como se nos invita en la misa.
- Orar por los enfermos de la familia y de la comunidad.
- Leer algún libro referente al tema para profundizar en el mensaje.
Viernes Santo, 2 de abril 2021
“No hay amor más grande que dar la vida por sus amigos” (Jn 15,13)
Esta no es una mera historia acerca del pasado, ya que la pasión y muerte de Jesús continúa todavía hoy en la gente y en los pueblos que sufren, en los pobres, los hambrientos, en los drogadictos, en las víctimas de la guerra, en todos los que son crucificados de cualquier manera. Pero también creemos que Cristo resucita hoy en cristianos que luchan contra el pecado y contra el mal, en los que llevan esperanza y alegría a sus hermanos. Este es el modo como estamos unidos con nuestro Señor hoy.
Isaías 52,13–53,12: El Señor cargó sobre él todos nuestros crímenes
“Miren, mi siervo tendrá éxito, subirá y crecerá mucho. Como muchos se espantaron de él, porque desfigurado no parecía hombre, ni tenía aspecto humano, así asombrará a muchos pueblos, ante él los reyes cerrarán la boca, al ver algo inenarrable y contemplar algo inaudito… El Señor cargó sobre él todos nuestros crímenes. Maltratado, voluntariamente se humillaba y no abría la boca; como cordero llevado al matadero, como oveja ante el esquilador, enmudecía y no abría la boca”.
Salmo: Sal 30,2.6.12-13.15-16.17.25
R/. Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu
Segunda lectura: Hebreos 4,14-16;5,7-9
Mantengamos la confesión de la fe, ya que tenemos un sumo sacerdote grande, que ha atravesado el cielo, Jesús, Hijo de Dios… Él, a pesar de ser Hijo, aprendió, sufriendo, a obedecer. Y, llevado a la consumación, se ha convertido para todos los que le obedecen en autor de salvación eterna.
Evangelio: Juan (18,1–19,42): la pasión de nuestro Señor Jesucristo
Entonces (Pilato) se lo entregó para que lo crucificaran. Tomaron a Jesús, y él, cargando con la cruz, salió al sitio llamado «de la Calavera» (que en hebreo se dice Gólgota), donde lo crucificaron; y con él a otros dos, uno a cada lado, y en medio, Jesús. Y Pilato escribió un letrero y lo puso encima de la cruz; en él estaba escrito: «Jesús, el Nazareno, el rey de los judíos.» E, inclinando la cabeza, entregó el espíritu.
En este día hacemos memoria del amor de Dios expresado en la cruz:
- Viacrucis: En un gesto de entrega total, la cruz fue el mayor acto de amor de Jesús al Padre y a sus hermanos.
- Por la tarde veneramos la cruz del Señor. Besamos la cruz como signo de la victoria de Jesús sobre el pecado y sobre la muerte. La cruz se convierte para nosotros en el signo de nuestra liberación.
- Ser cristiano es vivir como Jesús: ser para los demás, entregar nuestra vida para que otros puedan vivir.
Cómo podemos participar de la celebración de este día
- Participar en el viacrucis: caminar con Jesús al Calvario.
- Leer y meditar las lecturas del día.
- Orar por nuestros enfermos y/o necesidades de la familia, la comunidad.
- Leer algún libro que hable sobre la cruz para profundizar en el mensaje.
Sábado Santo, 8 de abril 2021
¡Resucitó, aleluya! La vida triunfó sobre la muerte
Esta noche celebramos el acontecimiento capital y central de nuestra fe: La liberación del pueblo de Dios de la esclavitud del pecado, de forma que los hombres pueden entrar en la nueva y eterna Alianza por la que Dios, por su propia iniciativa, vincula a su pueblo consigo mismo en una profunda unión de vida y amor.
En el Antiguo Testamento, Dios vio las dificultades que los judíos sufrían en su situación de esclavitud en Egipto, los liberó y selló con ellos la Alianza por medio de Moisés, en el monte Sinaí. En favor nuestro, como cristianos, Dios vio nuestra esclavitud del pecado y nuestra incapacidad para deshacernos de él. Así envió a Jesús, su propio Hijo, para hacernos libres por su muerte en la cruz del Gólgota y por su resurrección. Ahora somos un pueblo libre, que vive en el amor, el servicio y la justicia. Celebramos esta libertad y esta Nueva Alianza con mucha alegría.
Nota: En esta celebración se hacen 7 lecturas del AT, pero se pueden reducir a 3.
Segunda lectura: Rom 6,3-11: Resucitados con Cristo.
Nosotros llegamos a participar de la muerte y resurrección de Cristo por medio del bautismo; allí nos comprometemos a la lucha contra el pecado y comenzamos a vivir la vida de Cristo.
Evangelio: Mt 28,1-10: ¡El Señor está vivo, ha resucitado!
Las mujeres discípulas de Jesús encuentran la tumba vacía y no saben qué pensar. El ángel les anuncia que el Señor está vivo, ha resucitado. A los apóstoles les resulta difícil creer. Sin embargo, con ellos, nosotros tenemos que ser testigos del Señor resucitado.
¡Qué experiencia única de alegría si hemos participado esta noche santa, lo que hemos llegado a ser por medio de la resurrección de Jesucristo!
Queremos mantenernos viviendo en la esperanza y felicidad de un pueblo que ha resucitado por encima del mal y del pecado, y se esfuerza por vivir para favorecer todo lo bueno, justo y bello.
En este día hacemos memoria del paso de Jesús a la vida nueva. Dios en Jesús triunfa sobre la muerte. Jesús se convierte en el primogénito de la nueva creación.
- ¿Qué podemos saber? “Es verdad, el Señor resucitó” (Lc 24,34). Dios resucitó a Jesús. La vida triunfó sobre la muerte. Jesús tenía razón.
- ¿Qué esperar? “Cristo resucitó de entre los muertos como primicia de los que durmieron” (1 Cor 15,20). Vale la pena creer en Jesús. Hay que apostar por él.
- ¿Qué tenemos que hacer? Como los primeros creyentes, anunciemos a todo el mundo, comenzando por los más cercanos, la novedad del Evangelio.
¿Cómo podemos participar de la celebración de este día?
- Participara de la celebración comunitaria.
- Previamente, leer los textos del día para participar con mayor plenitud.
- Pedir por nuestra familia, nuestros enfermos y de la comunidad.
- Leer algún libro referente a la resurrección, el comienzo de la nueva creación.
El día de la Pascua va llegando a su fin, pero no así la Pascua, que no es una fecha ni un lapso de tiempo determinado, sino una atmósfera de gracia, una ocasión privilegiada para ser alcanzados por Dios, y un ambiente de vida que nos invita a verlo todo nuevo, como al principio de la creación, como aquel día de la primera pascua en Jerusalén.
Por otra parte, el mensaje de la Pascua no es solo para los cristianos, sino para todos los hombres y mujeres de buena voluntad, del mismo modo que lo fue el nacimiento de este Cristo y Profeta de Dios, a partir del cual se cuentan los días, años, siglos y con quien se inicia la “era cristiana”.
Que cuanto comenzamos en la Cuaresma con nuestros deseos de cambio y propósitos de enderezar nuestros actos y conductas, no quede limitado al periodo pascual, sino se prolongue y se vuelva costumbre y hábito. Solo de este modo nuestras inquietudes no quedarán en buenos deseos o en “llamaradas de petate”, sino en actitudes sinceras de ser personas nuevas ante nosotros mismos, ante quienes nos rodean y frente a Dios que ha resucitado a Jesús, como lo hará con nosotros mismos.