La educación en valores es la apuesta que debemos hacer para nuestro mundo.


Cada día es más frecuente escuchar cosas como: “… en nuestra sociedad, en las familias, hay una crisis de valores” o “… en el mundo en el que vivimos se da más importancia a los valores económicos o tecnológicos y se olvidan los valores morales”. Esta preocupación se está haciendo una constante en todos los círculos sociales y es evidente que no podemos pensar en una sociedad sin valores.

Sin duda alguna, cuando pensamos en valores, o en la falta de estos, es inevitable también pensar en el concepto de educación y su misión en la sociedad. Es por medio de la educación que se comparten, enseñan y promueven los valores de una sociedad. Entonces si hablamos de una crisis de valores, también estamos hablando de una falla en el modelo educativo.

Educar en valores es importante y necesario porque ayudarán a las personas a reflexionar, conducirse y tomar decisiones más correctas, por eso, es necesario hacer una revisión de los mismos y compartir algunos puntos relacionados con la enseñanza en valores dentro de las familias y los centros educativos.

En primer lugar, cuando hablamos de educación nos referimos a la formación integral de las personas; de la guía para desplegar todas sus potencialidades humanas. Enseguida, cuando hablamos de valores nos referimos a las cualidades que posee la sociedad; éstas tienen polaridad, es decir son positivas o negativas (por ejemplo: justicia vs injusticia). También hay que tener en cuenta que cada persona y cada cultura ponen un diferente énfasis en el estilo de vivir los valores, los códigos, los símbolos y hasta los gestos muy particulares que usan. De esta manera, cuando se propone una educación en valores se refiriere a potenciar y afianzar una cultura y forma de comportamiento para formar ciudadanos que promuevan las cualidades positivas de esa particular sociedad.

 

Los valores son pilares de la educación

La Declaración Universal de los Derechos Humanos reconoce que el ser humano es portador de valores, los cuales dignifican y acompañan su existencia. Los valores humanos sostienen el ser, el saber y el hacer de la persona. Dentro de cualquier proceso educativo, éstos son los cimientos sobre los cuales los alumnos aprendan a guiarse libre, razonable y comprometidamente con el mundo que les toca construir. Son pilares de la humanidad porque sirven para un diálogo universal de un mundo ansioso de paz y solidaridad.

 

En este sentido podemos asegurar que:

  • La educación en valores humanos como el respeto, el amor, la verdad, la solidaridad, la justicia, el bien común, etc., debe llevar hacia actitudes creativas y transformadoras que humanicen. De lo contrario, la conciencia y el comportamiento de los niños, adolescentes y jóvenes se tergiversa y su escala de valores se deteriora.
  • La enseñanza de valores sirve también de guía a cada persona en sus aspiraciones de autorrealización y perfeccionamiento.
  • La formación debe ayudar a los alumnos a guiarse libre, respetuosa y razonablemente.
  • Los alumnos deben aprender a descubrir el bien, a valorar con su ser, a conocer con la razón, a querer con voluntad e inclinarse con el afecto por lo que sea bueno, noble, justo y valioso.
  • Cada esfuerzo educativo basado en valores está llamado a colaborar por un mundo mejor.

 

Los valores son pilares de la educación religiosa

Si nos vemos más de cerca el plano religioso de inspiración cristiana, tomando en cuenta la novedad del Evangelio, los valores humanos van más allá del éxito o de la realización personal. Los valores son radicalizados por Jesús, no sólo en su contenido sino también en su forma de practicarlos. Con el ejemplo de Jesús de Nazaret, no basta cumplir la ley para ser bueno, sino que hay que amar al prójimo como a uno mismo; incluso no basta ayudar al amigo o al que me cae bien, sino que hay que ayudar al necesitado, al que sufre y al empobrecido.

Podemos asegurar que los valores son pilares en la educación religiosa porque:

  • Animan a niños y niñas para que crezcan con mayor confianza en sí mismos, en aprecio y armonía consigo mismos y en solidaridad con los demás.
  • Sirven de guía a los niños, adolescentes y jóvenes en sus aspiraciones de paz, amor, felicidad y fraternidad.
  • Permiten determinar el nivel de humanización que tenemos en la vida.

 

Los educadores y los valores

¿Cómo se enseñan los valores? A través de un proceso de comprensión, experiencia y práctica; el cual sirve de guía en la autorrealización personal y en el perfeccionamiento de nuestro mundo. Para esto, el profesor juega un importante papel como mediador y puede proponerse los siguientes aspectos:

 

  • Generar un ambiente educativo igualitario dentro del aula que ofrezca condiciones para que los alumnos puedan desarrollarse integralmente en lo intelectual, lo afectivo-emocional y lo social.
  • Educar en valores no solo en su definición, sino estimulando pensamientos, despertando sentimientos, provocando reflexiones, haciendo ejercicios para experimentar el valor y su antivalor, planteando situaciones que ayuden a desarrollar actitudes, desarrollando acciones y proyectos en los diversos ámbitos de la vida de sus alumnos.
  • Crear un clima de diálogo donde se respeten los intereses e ideas de cada alumno.
  • Propiciar metodologías participativas de comunicación, cooperación y trabajo en equipo; más que actividades individuales.
  • Fomentar y desarrollar una conciencia crítica, en permanente contraste con el mundo fuera del aula.
  • El desarrollo de un compromiso personal y grupal, como respuesta a los desafíos del mundo circundante.

 

Valga una reflexión final. No basta educar niños y jóvenes para que se adapten al modelo económico vigente donde sólo se premia la productividad, la competitividad y el beneficio individual, contribuyendo a crear una sociedad desigual en la que vale más el “qué tienes” que el “qué eres”. Por eso es necesario que los procesos educativos busquen el desarrollo integral de las personas para que estas se autovaloren y valoren a los demás, que aprenda a vivir valores humanos y religiosos para un mundo que cada vez más debe ser incluyente y justo.