Los malentendidos sociales y culturales sobre el festejo del sacramento de la comunión


 

La celebración de la primera comunión se ha convertido en una fiesta fundamental para casi cualquier familia católica de México, pero ¿en realidad sabemos lo que celebramos? ¿Los niños y niñas que participan en este rito saben de verdad lo que realizan?

 

La sorpresa de la primera comunión

Cuando vemos las celebraciones de las comuniones en nuestra parroquia o con las familias de nuestra comunidad, nos topamos con que los motivos no responden necesariamente a la invitación de Jesús, ni siquiera a lo mínimo que pide la Iglesia sobre este tema.

 

Entre las sorpresas que nos llevamos, resaltamos cinco falsas ideas sobre la celebración de la primera comunión:

  1. Hacer una fiesta para comer, bailar, relajar

Quizá es algo propio de nuestra “cultura”: nos gusta la fiesta, amamos la fiesta, hacemos fiesta para todo. Nuestros ingresos son bajos, pero eso no importa, nos endeudamos y echamos la casa por la ventana. Quizá pocos lo reconocerán, pero es lo que vemos cada vez que se acercan los meses de junio y julio, época en la que se realizan las primeras comuniones.

Hemos hecho el ejercicio de preguntar algunos niños y niñas: ¿por qué vas a hacer tu primera comunión? Y las respuestas que nos dieron van en esta línea: porque ya me toca la fiesta, porque mis amigos ya la van a hacer, porque mi mamá quiere que la haga para invitar a toda la familia, porque mi padrino va a comprar la bebida… Es raro que alguien responda: porque quiero conocer a Jesús, porque quiero ser diferente, porque quiero vivir en el amor, porque quiero servir a mis hermanos. En realidad, muchos no saben responder por qué van a recibir tal sacramento. Lo más seguro es porque habrá fiesta, comida, “borreguito” y no está de más desestresarse.

  1. Comprar ropa nueva y mostrarla a los demás

Para algunos, recibir la primera comunión es sinónimo de estrenar ropa nueva que comprará el padrino o la madrina. Es un motivo muy parecido al anterior porque está volcado hacia fuera, hacia las cosas. No está mal, pero ¡cuidado! El sacramento no es eso. Los padrinos, efectivamente, compran ropa nueva y bonita para el ahijado, y ropa bonita, blanca, pero su sentido debería ser para simbolizar un cambio de rumbo en la vida, más orientado a la vida que nos ofrece Jesús, el autor de la Vida (con mayúscula). El sacramento nos permite ir hacia dentro de nosotros, conocernos un poquito mejor y ver que Dios tiene un plan para nosotros: una vida que se da, que se entrega como servicio a los demás; estamos invitados a trascender. Cambiamos de ropa porque queremos mostrar que somos personas que trascienden las compras y queremos volar para recuperar nuestra verdadera identidad haciendo el bien a los demás, especialmente a aquellos que más lo necesitan. Haciendo esto, el sacramento, el vestido nuevo, muestran su verdadero sentido y valor.

  1. Cumplir un requisito de la Iglesia

Esta razón lo hemos escuchado de algunos padres de familia. Nuestro hijo o hija hará su primera comunión porque así lo pide la santa madre Iglesia. Y tienen razón. Pero la Iglesia es mediadora. Puso este requisito porque quiere poner en práctica aquello que afirma el Apóstol: que todos se salven y lleguen al conocimiento de la verdad (1 Timoteo 2,4). La Iglesia, como buena madre, espera que toda persona descubra su verdadera fuente, el manantial de donde brota la vida y el amor de verdad; lo que Jesús le dijo a aquella mujer samaritana: “si conocerías el don de Dios” (Juan 4,10). Y es que descubriendo esa fuente la persona encuentra su verdadero valor, su auténtico sentido en la vida y con ello viene todo lo demás. Así que la primera comunión es más que un requisito, es el don de una madre por lo mejor que ha recibido: la vida divina.

  1. Cumplir una costumbre social

Este mensaje se difunde un poco de manera indirecta: ¿Ya viste que tu amigo, tu amiga, hizo ya su primera comunión? ¿Acaso no crees que ya deberías hacerla tú? ¿Qué va a decir la gente?

La misma sociedad presiona. Y aún más si es un pueblo pequeño, donde la mayoría de las personas se conocen. Aquí tampoco afirmamos que no esté bien, pero subrayamos que para recibir el sacramento se requiera algo más que una presión externa. Deberíamos enfocarlo más hacia la vocación: ¿ya descubriste cómo puedes ser mejor persona? ¿Ya sabes lo que vas a hacer con tu vida? ¿La profesión en la que estás pensado está en pro de un mundo mejor?

El sacramento debe ser algo más que el cumplimiento de una norma externa hacia el que presiona la sociedad o los medios de comunicación social. La recepción debe nacer de la persona, del deseo de hacer de nuestro mundo un lugar mejor para todos. Y para ello hay que prepararse, estudiar, discernir lo mejor para sí sin descuidar nuestro encuentro con los demás.

  1. Recibir regalos

Este último argumento es muy parecido al primero. Cuando hay fiesta, también llegan los regalos. Todos los regalos son muy buenos, son bienvenidos, pero el verdadero regalo que se recibe en este sacramento vale más que todos los demás. Es el encuentro con la persona de Jesús. Los sabios antiguos anhelaban una cosa: ver el rostro de Dios. Y según el AT esto no era posible, porque con ello la persona pasaba a otro mundo (Éxodo 33,20). Pero con Jesús, todo esto cambió y se hizo posible. De hecho, este es el fin de la catequesis: poner a la persona en comunión con Jesucristo, ser su amigo. Si se ve con estos ojos el sacramento de la eucaristía, entonces todo lo demás adquiere su verdadero valor.

 

Hay otras muchas razones por las que los niños y niñas realizan su primera comunión. Tomamos nota de estos, porque quizá son los que más destacan. Sin duda, hay razones de todo tipo, pero dejemos en claro que el sacramento no tiene que ver con cosas, se trata de un acontecimiento que cambia nuestra vida porque nos enfoca hacia Jesús y su proyecto de vida. Como afirma el papa Francisco en el documento sobre los jóvenes: “¡Él vive y te quiere vivo!” (Vive Cristo n. 2).

Esperemos que este ejercicio te ayude, igual que a nosotros, a revisar en tu vida y en tus catequizandos la auténtica razón por la que se están preparando para recibir este sacramento. Si has encontrado otros argumentos además de los que aquí te compartimos, nos dará mucho gusto recibirlo y compartirlo con las personas que nos leen y siguen.

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