Claro que este año habrá Navidad, pero su celebración y su sentido serán diferentes


Es evidente que la pandemia provocada por el COVID-19, ha alterado todas las actividades que normalmente realizábamos. Y la celebración de la Navidad no será una excepción. Por esta razón, queremos hacer, contigo, algunas reflexiones para poder celebrar más vívida y con un sentido diferente esta Nochebuena. No pretendemos decirle a los párrocos y a sus comunidades lo que deben hacer, sólo buscamos compartir algunos puntos de vista que son interesantes tener en cuenta para estas fechas, de acuerdo a la situación global que estamos viviendo.

Este año, la celebración de la Navidad será diferente. Aun en el Vaticano, se ha anunciado que las festividades de diciembre, incluyendo la noche del 24, la mañana del 25 y el día último del año, el papa Francisco las celebrará prácticamente solo. Durante una llamada telefónica que el Papa le hizo a un sacerdote español, expresó: “Estas navidades serán más purificadas, limpias y alejadas de la cultura del consumismo, que desfiguró tanto la Navidad”. Debemos, pues, olvidarnos de tantas cosas y actividades que acostumbrábamos hacer, muchas de las cuales nos distraían del auténtico sentido de la Navidad.

En la eucaristía

Si eres de los privilegiados que podrá participar de la celebración eucarística de la Nochebuena en su parroquia. Participa con más fe, conciencia y entusiasmo que nunca y cumple con el ministerio litúrgico de la acogida, animación, lectura, comunión y servicio con tanto espíritu que contagies a tu comunidad, porque este tiempo y esta noche son muy especiales. Dios viene a poner su tienda en medio de nosotros.

Si te quedas en casa

Para los que, por las restricciones sanitarias, no puedan acudir a la ceremonia religiosa, pueden buscar hacerlo a distancia en las redes sociales del Vaticano o en las de la Basílica de Guadalupe. Del mismo modo, háganlo con tal fe, esperanza y amor, que los haga sentirse parte de la celebración. Procura una Nochebuena muy especial para ti y tu familia.

Si, por la razón que sea, no puedes acudir presencial o virtualmente a la misa, te sugerimos que, con todo el fervor posible, celebres en casa y con tu familia.

El sentido de la Navidad

Con el fin de ayudarte a estimular tu fe, activar tu esperanza y provocar el amor que alimenta el entusiasmo cristiano de la Navidad, te compartimos el sentido original cristiano de algunos elementos que oímos o vemos en todas las navidades y que quizá nunca nos hemos detenido a reflexionar sobre eso:

  • La Navidad significa un don. El Padre, en un gesto de amor al mundo, nos da a su único Hijo que, bajo el influjo del Espíritu Santo, asume nuestra carne en el vientre de María, para enriquecer nuestra humanidad debilitada, y así redimir y liberar a los seres humanos.
  • El Nacimiento de Cristo nos revela el valor de la vida. Este nacimiento destaca el valor sagrado de la vida humana por el maravilloso acontecimiento que se realiza toda madre en el parto, y sobre todo el de María, cuyo fruto de su vientre es el Salvador del mundo.
  • Los “nacimientos o belenes”. Estas representaciones que se suelen montar en algunas parroquias o casas quizá deberían de ser menos monumentales y más parecidas a aquel pesebre en el que Jesús nació en compañía sólo de sus papas terrenales, en sencilles; sin muchas luces pero con un niño y una estrella que vinieron a iluminar los caminos de vida para todos nosotros.
  • El árbol de navidad y su simbolismo bíblico y cristológico. A este árbol la religiosidad popular le ha otorgado un simbolismo fuertemente evocador en los países cristianos; recuerda tanto el árbol de la vida que Dios plantó en el Edén, como el árbol de la cruz que los hombres plantamos en el Gólgota con Cristo colgando de él.
  • Los villancicos navideños transmiten alegría y paz. Es muy recomendable cantar en Navidad porque, como decía San Agustín, así oramos dos veces y, si de algo hay que llenar todo en Navidad, es de oración, o sea, de contacto y diálogo con Dios. Los villancicos son un instrumento muy fuerte para manifestar la fe, la alegría, la paz y la liberación que nos trae la Navidad.
  • La cena de Navidad es unión y comunión. La tradición de la cena de Navidad, con la familia que sea posible, son la mayor expresión de unidad y comunión, bendiciendo la mesa y dando gracias al Señor por los alimentos con mayor intensidad y atención esta noche, para manifestar, en Dios, la fuerza y la alegría de los vínculos familiares. A pesar de las amargas ausencias que tengamos, no dejemos de abrir nuestras mentes, nuestros corazones y nuestras vidas a la presencia de ese Niño que viene a nosotros y todo lo llenará.

 

Amigos y amigas, estas ideas tienen como intención que, en este accidentado año, no extrañemos las calles y los centros comerciales rebosantes; no pensemos en los ruidos estridentes de las fiestas. Profundicemos y redescubramos el sentido cabalmente cristiano de la Navidad y no dejemos que el miedo al COVID-19 nos robe el sueño de esperar con fe y confianza al Niño que viene a poner su tienda en medio de nosotros, para acompañarnos hasta el fin de los tiempos. Por favor, en estos tiempos no se olviden de los pobres que fueron los primeros que buscaron al niño Jesús.

Nos encantaría saber cómo lograron celebrar y vivir en su parroquia o en sus casas esta Navidad del 2020. Gracias anticipadas.

Feliz Navidad, les desea todo el equipo de Ediciones Dabar.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Rellena este campo
Rellena este campo
Por favor, introduce una dirección de correo electrónico válida.
Tienes que aprobar los términos para continuar