Los niños, los adolescentes y los jóvenes tienen mucho que aportar a la misión de Jesús
Andrés, el hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que siguieron a Jesús por la palabra de Juan. Encontró primero a su hermano Simón y le dijo: «Hemos encontrado al Mesías (que significa el Cristo)» (Jn 1,40-41).
Querido/a catequista,
Estas por empezar un nuevo ciclo de catequesis; para los niños, un periodo de preparación para la misión de hacer un mundo mejor para todos. Por eso, te invitamos a reflexionar sobre un tema que tiene que ver con una de las tareas de educar en la fe: continuar con la misión encomendada por Jesús.
Planeando la catequesis con miras a la misión
Hemos visto que la mayoría de planes catequéticos se preocupan porque los niños aprendan de memoria las oraciones, los mandamientos y que, finalmente, realicen su sacramento. Esperamos que este no sea tu caso, porque la fe es más que memorizar dogmas y rezos. De todos modos, te invitamos a contestar algunas preguntas para asegurarte que sigues por la senda de la misión de Jesús.
- ¿Catequizo para qué?
- ¿Las actividades que propongo ayudan ir al encuentro de los otros?
- ¿Yo mismo, salgo en busca de los niños, escucho sus problemas, me intereso por ellos?
La catequesis debe motivarnos para descubrir nuestra misión
El nuevo directorio para la catequesis afirma: “En su dignidad propia de hijos de Dios, todos los creyentes son sujetos activos de la propuesta catequética, no son convidados pasivos o meros destinatarios de un servicio y, por tanto, están llamados a ser auténticos discípulos misioneros”. Esto quiere decir que, la catequesis debe preparar al niño para que éste sea misionero.
Sabemos que «misión» significa salir, ir el encuentro de los otros. De hecho, cuando participamos en la eucaristía, al final de la misma el sacerdote dice: “La misa ha terminado. Pueden irse en paz a vivir lo que aquí hemos celebrado”. Esto significa que una nota constitutiva de la vida cristiana tiene que ver con la misión. Aunque quizá no llame mucho la atención porque lo hemos escuchado muy seguido.
En el documento La Alegría del Evangelio, del papa Francisco, encontramos ideas muy alentadoras sobre nuestro tema: “El bien siempre tiende a comunicarse. Toda experiencia auténtica de verdad y belleza busca por sí misma su expansión, y cualquier persona que viva una profunda liberación adquiere mayor sensibilidad ante las necesidades de los demás. Comunicándolo, el bien se arraiga y se desarrolla. Por eso, quien quiera vivir con dignidad y plenitud no tiene otro camino más que reconocer al otro y buscar su bien”. En el n. 39 encontramos la misma idea, “El evangelio invita ante todo a responder al Dios amante que nos salva, reconociéndolo en los demás y saliendo de nosotros mismos para buscar el bien de todos”.
Con esta referencia, en nuestra catequesis deberíamos ayudar a que los niños descubran lo valioso de salir, de ayudar a otros, de compartir la fe. ¡Cuánta gente hoy no necesita compañía, escucha, una palabra de aliento! La catequesis haría mucho bien en atender esta situación. Y aunque aún no se puede salir por la pandemia, hay otras formas de salir al encuentro de los demás.
Prepara tu catequesis mirando siempre hacia la misión
¡Ya descubriste esta dimensión de la catequesis! Ahora hay que ponerlo en práctica e incluirlo en la planeación del curso de catequesis. Incluye en tus actividades acciones donde los niños tengan que compartir lo que van aprendiendo; por ejemplo, invítalos a platicar con su familia o con un amigo para hacer la tarea juntos, contesta sus dudas, hagan actividades grupales. En realidad, así nuestra catequesis sería más completa y los niños aprenderán más y mejor.
El documento Alegría del Evangelio menciona varios espacios que valen la pena considerar para llevar acabo la misión:
210 nuevas formas de pobreza: los sin techo, tóxico-dependientes, refugiados, indígenas, ancianos.
212 mujeres que sufren exclusión, maltrato y violencia.
215 el conjunto de la creación. Los seres humanos no somos meros beneficiarios, sino custodios de las demás criaturas.
Y es que, la medida de nuestra fe es ponernos al servicio de otros. A ejemplo y semejanza de Jesús, el Siervo que sana nuestras heridas.
La misión también se celebra agradeciendo la invitación de Jesús
Realizar la misión debe de ser un acto de alegría, por tal motivo es indispensable aplaudirla, y más si los resultados son positivos para lograr un mundo mejor para todos. Una buena forma de celebrarla es con una oración, para eso te compartimos esta celebración de Antonio Pagola. Puedes hacer alguna propia que se parezca.
“Gracias Jesús, porque nos tomas en cuenta; porque quieres que seamos tus amigos, llevando a cabo tu misión; porque saliendo nos sentimos hermanos de todos, aprendemos qué es amar, y nos hacemos más humanos, esto es, comprensivos, incluyentes, solidarios.
Auméntanos la fe. Haznos vivir una relación más vital contigo, sabiendo que tú, nuestro Maestro y Señor, eres lo primero, lo mejor, lo más valioso y atractivo que tenemos en la Iglesia. Danos una fe contagiosa que nos oriente hacia una fase nueva de cristianismo, más fiel a tu Espíritu y tu trayectoria”.
La catequesis es más auténtica si la enfocamos hacia la misión
Así, descubrimos que la catequesis es más auténtica si la proyectamos hacia la misión, porque encontramos motivos para estudiar, estímulos para comprender nuestra fe y razones para salir de nosotros; para poner nuestro granito por un mundo más bello por el bien de todos.
Los niños tienen mucho que aportar a la misión de Jesús. Démosle la oportunidad de hacerlo, confiando en que lo harán muy bien. ¿Será por algo que Jesús los pone de ejemplo?
Excelente, y me entristece mucho que en las parroquias efectivamente se sigue buscando la memorización de las oraciones y que los sacerdotes no evangelicen?
Compartimos tu sentir, Verónica. Está en nuestras manos ayudar a cambiar esa realidad.
Gracias por seguir nuestro blog.
Bendiciones