Los 5 puntos del catecumenado que necesitamos conocer


 

Como agente de pastoral o catequista, seguramente, alguna vez has escuchado los conceptos de catecumenado e iniciación cristiana, ¿pero sabes qué significan?

 

El origen de expresiones que nos pueden confundir

Para dar respuesta a la pregunta del significado de estas dos palabras, veamos algunos términos que vienen de muy atrás, y expresiones modernas que los incluyen, pero con sentido nuevo. Catecumenado es el tiempo en el cual se prepara el catecúmeno, y catecúmeno es la persona que se instruye para bautizarse y entrar en la comunidad de creyentes en Cristo. Son dos términos que se derivan del griego y se usaron en tiempos muy remotos, en las primeras comunidades cristianas, quizá por ello suenan a cosa del pasado. Pero no es así, son términos que actualmente utilizamos con el mismo sentido, aunque aplicados de manera diferente. Hablamos, por ejemplo, de catecumenado post bautismal, de inspiración catecumenal de la catequesis, o de catequesis de iniciación a la vida cristiana, o de iniciación cristiana al estilo del catecumenado.

 

El significado actual

Para evitar la confusión y aclarar los usos y significados de estas expresiones actuales, revisemos 5 puntos que nos hablan de la importancia del catecumenado y su significado y uso actual en la iniciación cristiana de jóvenes y adultos.

  1. Efectivamente, el catecumenado se inició en las primeras comunidades cristianas, tratando de dar forma a los tres elementos que Pedro, en Pentecostés, recomendó para adherirse a la fe de Cristo: la conversión, el bautismo y la infusión del Espíritu Santo. En el siglo II y III, esta especie de proceso inicial se configuró en el catecumenado como institución de la Iglesia con características y etapas definidas, que implicaban: el primer anuncio (kerygma), el bautismo, la profundización del kerygma como preparación para la infusión del Espíritu Santo (confirmación) y la participación en la Fracción del Pan (eucaristía).
  2. El Concilio Vaticano II, en la Constitución Dogmática sobre la Sagrada Liturgia, restaura para la Iglesia latina lo que desde la época de la “cristiandad” había venido cayendo en desuso: el catecumenado de adultos, dándole un carácter de proceso de larga duración y de preparación a los sacramentos (n. 64), recomienda la inculturación de los ritos de iniciación en los pueblos de misión (n. 65), y ordena la revisión y renovación del rito bautismal de adultos y niños y de su incorporación a la Iglesia (nn. 65-70).
  3. Como consecuencia, la Iglesia elaboro y publicó en 1972 el Ritual para la Iniciación Cristiana de Adultos (RICA, por sus siglas), que establece y define el itinerario formativo y los ritos a seguir en la iniciación cristiana de adultos. En dicho itinerario, el catecumenado aparece como una de las más importantes etapas iniciales de todo el proceso. El RICA establece un itinerario que implica tres rituales: el de la admisión, el de la elección y el de los tres sacramentos de iniciación, que se distribuyen en las cuatro etapas o tiempos que integran el itinerario o proceso: el precatecumenado, el catecumenado, la iluminación y purificación, y la mistagogía o iniciación a los misterios de la fe cristiana.
  4. Actualmente, por su carácter misionero o de conversión, se utilizan los términos: catecumenado postbautismal, o inspiración catecumenal de la catequesis, o catequesis de iniciación a la vida cristiana, para la formación en la fe de niños y adolescentes que, al haber sido bautizados bebés y recibido así la gracia bautismal que los introduce en la Iglesia y los hace hijos de Dios, no disfrutan efectivamente de su riqueza y, por tanto, requieren tomar conciencia y desarrollar la fuerza de su bautismo (Directorio para la Catequesis, 2020, n. 61).
  5. Nosotros hemos venido utilizando el título de Iniciación Cristiana de Jóvenes y adultos al estilo del catecumenado, para el itinerario formativo de quienes se encuentran en alguna de estas tres situaciones catecumenales: jóvenes y adultos
  6. no bautizados que quieran adherirse a la fe de la Iglesia; jóvenes y adultos bautizados, pero que no completaron ni la preparación ni la recepción de los sacramentos de iniciación y quieren complementarlos; jóvenes y adultos que, en su momento, recibieron los sacramentos de iniciación, pero se alejaron, no fueron suficientemente evangelizados y quieren reanudar su camino de fe. Este itinerario de formación pretende ser un proceso de largo alcance y de larga duración (puede proponerse un año y medio, o adaptarlo a las posibilidades y circunstancias, pero nunca “exprés”).

 

Los primeros pasos para el catecumenado

Si después de la breve revisión de los cinco puntos anteriores, los significados y usos de las diversas expresiones referentes al catecumenado en la Iglesia de hoy han quedado claras, es momento de revisar y compartir con los compañeros y demás agentes de pastoral los puntos compartidos para que aclaren también sus ideas y podamos usarlos adecuadamente en nuestra propuesta pastoral de iniciación cristiana en nuestra comunidad.

Además, hay que iniciar una investigación entre las familias de la comunidad para saber cuántos jóvenes y adultos tenemos en alguna de las situaciones catecumenales compartidas.

Esperamos que lo compartido sirva para que sigamos en nuestro propósito de impulsar la iniciación cristiana de jóvenes y adultos en nuestras comunidades.

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