¿Las redes sociales son un peligro o podemos sacar ventaja de esta herramienta digital?


 

Con el paso del tiempo, y sumergidos totalmente en siglo XXI, ignorar que los nuevos avances tecnológicos ya forman parte de nuestra vida, sería ponernos una venda en los ojos. Hoy en día, lo normal es tener en casa por lo menos un ordenador conectado a internet. Incluso las parroquias y demás comunidades religiosas, cuentan con un ordenador conectado a internet para mandar y recibir información por e-mail o para tener contacto con personas a través de plataformas digitales.

Todos estos instrumentos digitales han modificado notablemente la vida cotidiana y las relaciones de las personas en el modo de hacer, de pensar y de actuar; sobre todo, en adolescentes, pues su interés por comunicar y explorar el mundo, aumenta a medida que van creciendo.

 

Los adolescentes y las redes sociales

Las redes sociales son una potente herramienta y un medio de comunicación que hay que controlar y saber manejar, ya que este medio puede ser usado de distintas formas.

Los adolescentes encuentran en estas plataformas la manera de estar en contacto con familiares y amigos, de estar al tanto de los sucesos más importantes del mundo, de crear vínculos virtuales y conocer personas que tengan intereses y aficiones en común. Tienen la facilidad de encontrar videos y publicaciones de moda de su influencer favorito, o grupos y páginas de su interés. En la parte académica también tienen acceso a libros digitales, a enciclopedias sin necesidad de ir a una biblioteca, y a varias fuentes de información que los ayudarán a realizar sus tareas para el colegio.

Por otro lado, el internet y las redes sociales pueden tener una influencia negativa en los adolescentes, pues si no se usan moderadamente, pueden generar una adicción a redes o dispositivos móviles, al igual que pueden provocar aislamiento social y problemas dentro del núcleo familiar. Además, pueden encontrar páginas que facilitan el acceso a contenidos sexuales como la pornografía o páginas que los incitan a imitar conductas inapropiadas y sumamente riesgosas para su propia persona e identidad.

Como nos podemos dar cuenta, las redes sociales influyen en gran manera en la vida de los adolescentes, pues están en una etapa de muchos cambios en la que buscan definir su identidad personal, y ser aceptados para formar parte de un círculo social. Por eso es necesario orientarlos en el proceso de su desarrollo para que hagan un uso adecuado de las redes sociales.

Dos factores principales deben tenerse en cuenta en cualquier iniciativa orientada al buen uso de las redes sociales: son la interacción y el diálogo. Y es aquí donde debemos diferenciar entre “estar” en las redes sociales y “vivir” las redes sociales.

 

 

Los adolescentes y la religión

En la actualidad podemos encontrar a adolescentes que se interesan por temas religiosos, por asistir al catecismo y a su parroquia, pero la mayoría de ellos se niegan o muestran indiferencia religiosa. Esta actitud es cada vez más preocupante para la pastoral de la Iglesia, pues los jóvenes se están alejando cada vez más de los ambientes religiosos.

Durante la adolescencia, es muy difícil atrapar la atención de los adolescentes y jóvenes para los temas religiosos ya que están pasando una etapa de muchas inquietudes y distracciones, y la indiferencia y el desgano ante las actividades religiosas y por participar en la liturgia, hace que nuestro reto como educadores en la fe se vuelva bastante complejo.

Ahora debemos preguntarnos, ¿qué relación tienen los actos litúrgicos o prácticas religiosas con los jóvenes? ¿Qué importancia tiene para un adolescente la presencia de Dios en su vida? Muchas veces, aunque estas enseñanzas o esta búsqueda de Dios hayan sido inculcadas desde la infancia en el seno familiar, al crecer y llegar a la adolescencia, se pueden sentir presionados por la indiferencia religiosa que viven en su entorno, dentro de la escuela o con su grupo de amigos, provocando dudas y ocasionando que los valores religiosos que han recibido pierdan su vigencia.

También es muy común encontrarnos con adolescentes indiferentes a la religión o a los temas religiosos, pues piensan que son temas aburridos o para personas “mayores”. Nosotros, como responsables de su educación, y como Iglesia, debemos ser conscientes de la época en la que niños y adolescentes se están desarrollando, actualizarnos y no ser ajenos a estos cambios, pues también podemos sacar provecho de los avances tecnológicos como las redes sociales. Es decir, tener en cuenta los múltiples factores que intervienen en la cotidianidad del adolescente y conocer sus motivaciones, sus sentimientos, sus intereses, para así lograr que la religión intervenga dentro de esos aspectos de su vida.

 

 

Las redes sociales y la religión

Como hemos visto, las redes sociales y las situaciones ambientales que como población estamos viviendo, han generado cambios que nos han llevado a modificar nuestros métodos diarios y nuestras maneras de comunicarnos con los demás.

No olvidemos que “las redes sociales, además de instrumento de evangelización, pueden ser un factor de desarrollo humano” (Directorio para la Catequesis n. 215)

Es así como la Iglesia se ha replanteado la idea del uso del internet y la tecnología. Las redes sociales están ampliando constantemente las diversas formas de comunicación y la manera en la que las Iglesias y los institutos religiosos proponen exponer el mensaje Dios a sus estudiantes y creyentes, con procedimientos comunicativos cada vez más llamativos y estimulantes como: blogs religiosos, portales con noticias y datos religiosos, espacios de reflexión o de discusión sobre temas espirituales, y también  perfiles de líderes religiosos que exponen la palabra de Dios mediante videos o conexiones en vivo a través de sus redes sociales.

 

Sin duda, las redes sociales son una herramienta cada vez más imprescindible, pues permite estar en contacto inmediatamente con los interlocutores, y dan la posibilidad de entablar un dialogo inmediato. Pero, estemos atentos, porque la realidad virtual no puede suplir o reemplazar la realidad del encuentro con Dios, ni del compromiso o la celebración litúrgica y sacramental (Cfr. Directorio para la catequesis n. 217).

Precisamente la aparición del internet y las redes sociales, ha llevado a la Iglesia a replantearse la misión que Cristo nos ha confiado de anunciar el Evangelio hasta los confines del mundo.

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