Conoce el nuevo instrumento teológico, pastoral y pedagógico que dinamizará tu catequesis


 

La publicación del nuevo Directorio para la catequesis cae como anillo al dedo, trae frescura, novedad y confirmaciones para el servicio evangelizador y educador de millones de catequistas. Si eres catequista y quieres saber qué dice el nuevo Directorio para la catequesis, tómate un tiempo para familiarizarte con él. Por lo pronto, aquí te ofrecemos unos avances que te van a encantar.

Un documento que da continuidad a la tarea catequética       

Después del Concilio Vaticano II (1962-1965), este es el tercer Directorio dirigido a la catequesis. Esta tríada de documentos es valiosa porque orienta y busca la renovación constante de la Iglesia desde su base fundamental de la catequesis.

Recodemos que el Directorio es el un conjunto de principios teológicos y pastorales que ofrece orientaciones, estrategias, criterios y líneas generales para responder a los desafíos actuales de la catequesis. Fue aprobado por el papa Francisco el 23 de marzo de 2020 y presentado a toda la Iglesia el 25 de junio de 2020.

Tres nuevos desafíos a los que se enfrenta la catequesis

Uno de los motivos para la elaboración del nuevo Directorio es vincular con más claridad la catequesis con la evangelización.

Mons. Rino Fisichella, director del Consejo Pontificio para la Nueva Evangelización dice que son varios los desafíos a los cuales se quiere responder con este documento.

  • “El proceso de inculturación que caracteriza en particular a la catequesis”. El contenido de la fe no cambia, pero el lenguaje y los modos de comunicarla deben actualizarse y dejar atrás esquemas rutinarios parecidos a los de las escuelas, dando prioridad al anuncio evangelizador. El catequista debe hacer suya la misericordia.
  • “La Iglesia que se enfrenta a un gran desafío concentrado en la nueva cultura digital”. El desafío de crear recursos digitales para la catequesis con un lenguaje nuevo, atractivo, sin barreras geográficas, pero profundamente evangelizadores.
  • “La velocidad con que se modifica el lenguaje, y con él las relaciones conductuales, que deja entrever un nuevo modelo de comunicación y de formación que afecta inevitablemente también a la Iglesia en el complejo mundo de la educación”.

Nueve aportes que no puedes dejar de asumir

Sin embargo, hay más novedades con las que tenemos que familiarizarnos y que debemos atender como catequistas en salida.

  • Una catequesis ante una nueva realidad

Hay una realidad que no podemos negar, ni ocultar. Es una realidad compleja, “marcada por un cambio de época, por contradicciones, pero también por anhelos de paz y justicia, de encuentro y solidaridad” (n. 319).  Ante esta realidad, los catequistas, al estilo de los profetas y, sobre todo, como el mismo Maestro de Nazaret, están llamados a ofrecer una formación y un acompañamiento con acento profético y con la alternativa de la belleza para transformar esa realidad. Como se expresa en el número 325: “La catequesis participa del reto eclesial de oponerse a procesos centrados en la injusticia, en la exclusión de los pobres, en la primacía del dinero; trata, al contrario, de ser un signo profético de promoción y plenitud de vida para todos”.

  • Una catequesis para la nueva evangelización

La catequesis es parte de la dinámica de la evangelización (n. 5). Además, desarrolla “procesos espirituales” (43). Es una catequesis en “salida misionera” (n. 50), “realiza la obra de la misericordia” (n. 52), adopta el estilo del diálogo (n. 54).

  • Una catequesis kerigmática

La catequesis como proceso educador de la fe, vinculada a la evangelización, resalta el kerigma. El cual no se limita a un solo anuncio, tema o retiro para iniciar la catequesis, sino que forma parte de toda la catequesis, donde “además de profundizar la fe, la genera” (n. 57). Si “en el centro de la catequesis está el encuentro vivo con Cristo vivo” (n. 75), el kerigma debe estar presente en todo el proceso de formación catequético porque “es la dimensión constitutiva de cada momento de catequesis” (n. 57 y 68).

  • Una catequesis en perspectiva misionera

La catequesis desarrolla la misión de Iglesia. No se debe limitar a la formación para recibir los sacramentos, va más allá: prepara para la misión, prepara “para la vida cristiana” (n. 65). En este sentido, el catequista también se distingue por su “espiritualidad misionera, entendida como un encuentro con los demás, un compromiso en el mundo y una pasión por la evangelización, alimenta la vida del catequista y salva del individualismo, del intimismo, de la crisis de identidad y de la debilidad en el fervor” (n. 135).

  • Una catequesis como formación cristiana integral

“El encuentro con Cristo involucra a la persona en su totalidad” (n. 76). Esta educación en la fe no se dirige solo a la mente, sino que educa en todas las dimensiones de la persona: mente, cuerpo, afectos, corazón, vida. Pero, además, los aprendizajes no se reducen a la doctrina, sino que abarcan: la liturgia, la oración, la doctrina y la ecología.

  • Una catequesis que se alimenta de ricas fuentes

Además de las fuentes ya conocidas en el anterior Directorio, la Palabra de Dios, la Tradición, el magisterio, la liturgia, en este nuevo documento se suman el testimonio de los mártires y de los santos, la teología, la cultura cristiana y la belleza (90-109).

  • Una catequesis con énfasis en el acompañamiento

El acompañamiento es toda una pedagogía para caminar como compañero, amigo y hermano de los demás. El catequista escucha, ayuda, se involucra, dialoga, orienta y se solidariza; respeta, incluye y cuida a los que le han sido confiados. Por eso, en este Directorio, se afirma que el catequista es “testigo de la fe y custodio de la memoria de Dios”, “maestro y mistagogo”, “acompañante y educador”, en una palabra, es “experto en el arte del acompañamiento” (n.113).

  • Una catequesis con una pedagogía de la misericordia

Este documento afirma con audacia que “la práctica de la misericordia es ya una auténtica catequesis; es el testimonio claro para creyentes y no creyentes. En el caso de la pedagogía, se señala que debe alimentarse de los rasgos de la pedagogía divina, de la riqueza pedagógica de la Iglesia y de las ciencias (n. 181). Sin embargo, habrá que tomar muy en cuenta los nuevos lenguajes para poder dialogar y comunicar la belleza del Evangelio.

  • Una catequesis que aprende, asume y genera la experiencia

Es necesario reconocer que la experiencia es el lugar donde Dios habla. Dios actúa en la vida, en la historia, en la realidad de cada persona. La catequesis debe valorar la experiencia humana (n. 200). No es tomar la experiencia solo para trasmitir doctrinas, sino como base de la experiencia de Dios.

Compañeros catequistas, estos 9 aprendizajes son solo algunos aportes de este nuevo instrumento. Te invitamos a que lo conozcas más a fondo y lo uses como una guía en tu labor misionera. Estamos seguros que vas a encontrar muchas enseñanzas que le darán un aire fresco y dinámico a tu catequesis. Este nuevo Directorio para la catequesis es una herramienta indispensable para tu formación y lo puedes encontrar AQUÍ.

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