El desafío de educar en la fe a niños y niñas en el mundo de hoy


“El único instrumento que los hombres tenemos tanto para perfeccionarnos como para vivir dignamente es la educación”.

Santo Tomás de Aquino

 

En la actualidad, educar a niños y niñas en la fe se ha vuelto todo un reto. Las circunstancias socio-culturales, incluso las condiciones políticas, nos han obligado a ir cambiando el modelo educativo.

Y ¿a qué nos referimos con “ir cambiando” y por qué nos afecta ese cambio?

Nos referimos, especialmente, a las afectaciones provocadas por la carencia de valores que nuestra sociedad actual está sufriendo. Por no darle la debida importancia se están desencadenando una serie de problemas que alteran la convivencia en los hogares y en la sociedad.

Hoy en día, lamentablemente, la falta de aceptación y entendimiento ante la diversidad religiosa, social, racial, cultural o de cualquier otro tipo también ha provocado comportamientos antiéticos como para afectar cualquier identidad comunitaria. Los rápidos cambios estructurales, las innovaciones y la globalización de la economía y las ideas son factores que repercuten en las personas e impactan de forma inmediata y trascendente en sus vidas.

También hay que tener en cuenta que hoy en día, los niños y niñas ya nacen y crecen con un “chip” tecnológico que los expone, desde muy pequeños, a una gama muy amplia de herramientas con fácil acceso a toda clase de información. Esto dificulta a los padres el monitoreo de todo aquello a lo que están expuestos sus hijos, y esto impide evitar que estén en contacto con contenidos violentos, pornográficos, maliciosos o engañosos en cualquier momento.

Es por eso que instruir a niños y niñas puede llegar a ser un desafío importante, pero tampoco es imposible. Es por esto que, el camino de Dios se plantea como una forma distinta de complementar y reforzar la educación de los pequeños, sobre todo en el aspecto de valores morales.

Pero ¿cómo logramos acercar y educar a los niños y niñas en la fe?

Tenemos que esforzarnos por mostrarles el lado bueno de todas las situaciones y de los problemas actuales, hacerles saber que conociendo a Dios y con ayuda de Él nada es imposible, que se puede explotar de manera positiva todo lo que tienen a su alrededor.

Hay mucho material pedagógico religioso para pequeños, que nos puede ayudar y enseñar a como dirigir el camino de los niños y niñas hacia la fe, y de este modo hacia la reconversión de nuestra sociedad.

Nosotros, como adultos, tenemos la tarea de encontrar el mejor método para llamar su atención con materiales y conceptos que les sean atractivos. También enseñarles que la felicidad va de la mano con una vida moral adecuada.

Hay que ser conscientes que ellos son los que tienen el futuro de nuestro planeta en sus manos, son ellos los que pueden devolverle a la sociedad su sentido, su valor y, sobre todo, son los que darán a conocer la palabra de Dios a futuras generaciones.

Primero hay que tener fe nosotros y confiar en que, con ayuda de Dios, podremos llevar por el buen camino de la fe a nuestros pequeños.