Las 10 claves para determinar un plan exhaustivo de educación en fe para los párvulos


 

Maestras y maestros en la fe del nivel preescolar, enseñar sobre religión a niños y niñas de 4 a 6 años es todo un reto educativo, por ello, compartimos con ustedes las nociones fundamentales que cualquier buen sistema integral debe contemplar para una adecuada educación en la fe.

Sabemos que en algunas escuelas, existen algunos sistemas que están hechos con criterio de solo entretenimiento, cuadernos religiosos para colorear, otros que son meramente ocupacionales, para que sus usuarios los pintarrajeen y destruyan, y otros que semejan un “Ripalda reforzado”. No sirven para formar en la fe a las pequeñas y pequeños de hoy, curiosos, preguntones, súper activos, súper sensoriales, muy imaginativos y juguetones, nativos digitales y, a la vez, inseguros y egoístas. Ellos requieren de un sistema educativo, quizá menos formal, pero eficiente, para introducirlos en el conocimiento y el contacto con Dios.

Si lo que buscas es que tus sesiones formen parte de una educación integral, tienes que tomar en cuenta los siguientes puntos clave para un acercamiento inicial de los pequeños y pequeñas al misterio de Dios en sus vidas:

  1. Deber ser un sistema pensado y diseñado para la iniciar a niños y niñas, de cuatro a seis años de edad, en la experiencia de Dios en sus vidas concretas y cotidianas.
  2. Los contenidos de dicho sistema deben estar adaptados a esa etapa del desarrollo humano de los infantes, cuyas necesidades, recurrentes y básicas, son: protección, amor y seguridad.
  3. Por tanto, debe presentar e interiorizar en los niños la imagen de un Dios presente y cercano, en la que ellos puedan descubrir y aceptar un Papá que los llama por su nombre, se comunica con ellos, los cuida y los ama.
  4. En esta temprana edad de la infancia, la educación religiosa debe ser capaz de ayudar y acompañar a los pequeños educandos a percibir, experimentar y desarrollar el sentido de Dios y la intuición natural de su existencia.
  5. De hecho, debe apoyarse en la antropología y la pedagogía para ayudar a los pequeñines a descubrir, quizá con sorpresa, que son capaces de Dios y a saber que sus preguntas significativas acerca de la creación, la identidad de Dios, el porqué del bien y del mal pueden tener una respuesta, y también a descubrir que son capaces de percibir y alegrarse ante el misterio de la vida y el amor.
  6. Un sistema que tome muy en cuenta que los niños y niñas de esas edades son prioritariamente sensoriales. Por tanto, debe poder desarrollar en ellos aprendizajes de fe, a través de:
    1. La vista: imágenes, luz, color, dibujar, colorear, actuar.
    2. El oído: sonidos, música, cantos, armonías, alabanzas.
    3. El olfato: olores, agradables, desagradables (el buen olor de Cristo).
    4. El gusto: sabores, dulce, ácido, amargo, sabroso, salado (sal de la tierra), saborear.
    5. El tacto: caliente, frío, suave, áspero, liso, doloroso, recortar, pegar.
    6. La cinética: movimientos del propio cuerpo y del de los demás, baile, ritmo, movimientos en grupo (corales), juegos, dinámicas, representaciones.
  7. Que tome en cuenta que los centros de interés de los pequeños y pequeñas son ellos mismos, su familia, la naturaleza, las aventuras y los superhéroes. Para que pueda ayudarlos y acompañarlos a entrar en la aventura de la fe, en el desafío infantil de amar y seguir a Jesús y de atreverse a abrir su corazón y sus manos a los demás, y de sentirse responsable de este mundo y de esta humanidad.
  8. Que tome muy en serio esta etapa de la infancia, como un tiempo decisivo para el descubrimiento vital del sentido religioso, que se aprende de los padres y por el entorno de vida, y que genera o una actitud de apertura y aceptación, o, por el contrario, un rechazo y negación de Dios. El sistema mismo obliga al contacto, acercamiento y diálogo con el entorno familiar y social de los pequeños y pequeñas, para saber cuál es el punto real de partida, con qué contenidos hay que iniciar y en cuáles hacer más insistencia, y cuáles herramientas didácticas se han de usar.
  9. Es importante que el itinerario de preescolar se adapte a las fechas del calendario escolar y también a las del ciclo litúrgico, para que los pequeños y pequeñas participen en las fiestas históricas de la sociedad civil y en las principales festividades de la comunidad eclesial.
  10. Es necesario que una buena educación en la fe de niños y niñas cuide mucho que los temas de sus encuentros sean siempre muy sencillos, pero verdaderos, y que siempre impulsen acciones y reacciones positivas, evitando lo más posible negaciones y prohibiciones en el acompañamiento paciente, alegre, gradual y progresivo de su despertar a la fe y de la socialización de la misma.

Como educadores en la fe de preescolar nos corresponde estar siempre atentos que los libros y cuadernos que utilizamos integre estas 10 claves. De no ser así, promover que se busque y seleccione uno mejor y que sea más integral por el bien de nuestros educandos.

Si tienes alguna experiencia que compartir al respecto, estaremos agradecidos de recibirla.

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