Ejercicio práctico de planeación para que los niños puedan conocer a Dios a través de todo lo que nos rodea


Para poder explicar algún concepto, siempre es mejor utilizar un ejemplo. Por eso, en esta ocasión queremos valernos del desarrollo de uno de los temas de la catequesis de Dabar para niños y niñas que se están preparando para realizar su primera comunión. El tema es: Soy cristiano. ¡Esta es mi fe!, para lo cual, primeramente hay que tener claros los objetivos o metas que, como catequista, te propongas alcanzar con este tema. Al final, regresarás a estos objetivos para ver si los lograste o no.

Objetivos

Empecemos con los 4 objetivos que plantea el libro:

  • Promover una experiencia de encuentro con Dios a partir de lo que es familiar para los niños(as): la naturaleza, las personas que lo quieren, los acontecimientos que reconoce.
  • Confirmar la existencia de Jesús y cómo nos enseña lo que Dios quiere para nosotros.
  • Identificar a la Iglesia como comunidad que quiere vivir según las enseñanzas de Jesús.
  • Sentir la invitación a creer y a vivir la fe con alegría.

Para dar cumplimiento a estas metas, este tema plantea cinco momentos que se deben desarrollar en máximo 90 minutos.

He aquí el plan de actividades sugeridas y sus tiempos:

Materiales: mural con los servicios pastorales, papel bond o cartulina, marcadores, la Biblia, recortes de fotos o periódicos, laptop y proyector.

Manos a la obra

Ahora revisemos a detalle cada uno de los momentos del encuentro y los recursos que utilizaremos.

  1. Para ambientar el momento de la catequesis y ponernos en presencia de Dios

Puedes comenzar este tema con un canto, por ejemplo “A edificar la Iglesia”. Esta canción facilita la comunicación, habla de la comunidad y genera el encuentro entre los participantes. También se puede hacer con gestos y movimientos: levantando las manos, dándose las manos. Lo mejor es que los catequizandos tengan la letra para ir siguiéndola. En caso de que no supieras la letra o la tonada, la puedes encontrar en Youtube.

Puedes terminar este momento rezando juntos la oración “Dios te salve, María”.

Con estas dos actividades, el canto y la oración, ya estamos en disposición de entrar en la temática que nos ocupa.

  1. Nuestra vida
  • Escribe en el centro de una cartulina la palabra CREO.
  • Luego, pide a los catequizandos que anoten o dibujen aquello en lo que ellos creen. En forma de pregunta: ¿En qué creen ustedes? (en mi familia, en la ciencia…).
  • Pídeles que reflexionen sobre lo que acaban de escribir.
  • Después, den sinónimos de creer (confiar, tener seguridad, certeza). Y piensen ¿Qué es lo que nos hace creer? Porque lo conozco, porque da testimonio…

Puedes concluir con una reflexión final sobre: necesitamos creer, confiar, tener fe… porque nos sirve para la vida, para relacionarnos. El ser humano es un ser abierto a los demás, abierto a Dios.

  1. Iluminamos nuestra vida con la palabra de Dios

Necesitamos dar un paso más. Necesitamos acudir a los testimonios de los grandes hombres y mujeres de Dios (teológico, revelación). Para ello acudimos a la Biblia. Para nosotros los católicos, la norma de la revelación, de lo que Dios quiere, la encontramos en la Biblia. Podemos leer algo de Abraham – Moisés – David – Jesús. Esta actividad la podemos hacer en cuatro equipos, uno para cada personaje, para que sea más rápido.

 

Después de unos minutos, ponemos en común lo que descubrió cada grupo y reflexionamos:

  • La fe nos viene por el testimonio de otros. Abraham (Gn 12,1-4) dice que Dios le habló y le prometió una descendencia, una tierra, una bendición. Y que esto tiene que ver con nosotros. Moisés (Ex 3,1-15) también cuenta que Dios le dio su nombre: Yahvé. Y le dijo que quiere un pueblo de personas libres… David (2 Sam 7,18-29) confiesa que Dios le prometió una bendición: de él nacería el Mesías libertador. Jesús nos descubre que con él, Dios está actuando en medio de nosotros (Lc 11,15).
  • Por eso, Abraham, Moisés, David se convierten en padres de nuestra fe. Con Jesús la fe no solo es creer en Dios, sino vivir su Reino. No creemos porque sí. Creemos porque lo necesitamos, pero también porque la fe orienta nuestra vida, le da rumbo, sentido. Por eso el papa Francisco habla de la belleza de la fe y del Evangelio.
  • La fe no es ni una alienación ni un fraude, sino un camino concreto de belleza y de verdad, trazado por Jesús, para preparar nuestros ojos y poder contemplar «el rostro maravilloso de Dios» en el lugar definitivo que está preparado para cada uno.

Para iluminar este momento de reflexión, puedes proyectar una presentación con los “momentos de la revelación de Dios”. Si no fuera posible, puedes usar el siguiente mapa mental. Todas las frases empiezan con: Dios se revela en o a Dios lo podemos encontrar en…

  1. Nos comprometemos

En encuentros anteriores se habla de cómo vivían las primeras comunidades cristianas. Las obras que hacían mostraban quién era el Dios en quien creían. Los demás decían: “¡vean cómo se aman!

Para que podamos vivir todo lo que Jesús nos enseñó, sobre todo el mandamiento del amor, él nos dio el Espíritu Santo, que es fuerza y luz para todos los cristianos. En nuestro bautismo recibimos ese don.

Es momento de plasmar con tus catequizandos lo que aprendieron. Con las siguientes 7 actividades y siguiendo los momentos de la revelación de Dios. En el libro de trabajo y trabajando en parejas, después lo comentan con el grupo.

  • Escribir 3 elementos de la naturaleza que son signos de Dios
  • Con las iniciales de diversos dibujos enumerados, completan una frase.
  • Hacer un dibujo de cómo revelan las personas a Dios.
  • Leer el Salmo 23 y anotar la frase que más les gustó.
  • Leer varios pasajes (Jn 3,16; Lc 15,20-22; Jn 15,15; Mt 6,9) y anotar qué dicen sobre Dios.
  • Dibujar cómo se imaginan a un amigo de Dios realizando su misión.
  • Describir un acontecimiento donde ven y sienten la presencia de Dios.
  1. Celebramos nuestro encuentro

Para cerrar nuestro encuentro pueden recitar el Credo en voz alta para reafirmar nuestra fe. El Credo es el resumen de nuestra fe y en cada eucaristía lo recitamos a una sola voz para sentirnos el nuevo pueblo de Dios. El Credo lo puedo poner en una cartulina o traer copias para todos.

También pueden retomar el canto de inicio, “A edificar la Iglesia”, para reafirmar que la fe se vive en comunidad. Finalmente, despidamos a los niños invitándolos a “darse un abrazo” y desearse un bonito fin de semana.

  1. Compartimos en familia

La catequesis no acaba en el aula o en la parroquia.

  • Invita a los niños y niñas a que se aprendan el Credo y lo comenten con papá y mamá.
  • Proponles hacer una oración por las personas que se alejaron de la comunidad.
  • También, sugiere descubrir la presencia de Dios en la naturaleza, en las cosas buenas, en las personas y en todo lo que les rodea.

Como puedes ver, este es un tema muy interesante porque habla de la fe, y cómo a través de ella podemos sentir a Dios en cada momento de nuestra vida. Nuestro reto, como catequistas, es ayudar a que los niños y niñas descubran esos momentos especiales. Que reafirmaran su encuentro con Cristo. Por eso, en cada etapa hemos puesto diversos recursos. Estamos seguros de que así los niños trabajan, se divierten y comparten sus aprendizajes. Esperamos que este ejemplo te inspire para tu labor de mistagogo de la belleza de la fe.

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