5 pistas sencillas que todo papá o mamá debería seguir en la educación de sus hijos
Enseñar no es transferir conocimientos, sino crear las posibilidades para su producción. Quien enseña, aprende al enseñar, y quien enseña aprende a aprender
Paulo Freire
¿Seguimos una pedagogía con nuestros hijos(as)?
Si echamos una mirada a cómo nos educaron en nuestra familia, quizá nos llevemos la sorpresa de que ni siquiera se preguntaron por la pedagogía y, menos aún, de cómo llevarla a cabo. Y sin embargo, nos educaron, a su manera, pero lo hicieron. Ahora bien, si nosotros revisamos cómo estamos educando a nuestros hijos e hijas nos encontramos con la misma dificultad. Hagamos el ejercicio. Te invito a responder con tus propias palabras estas tres preguntas:
- ¿Qué es pedagogía?
- ¿Qué es un valor o cuáles son los criterios de algo valioso?
- ¿Qué y cómo podrías enseñar a tu hijo o hija un determinado valor?
¿Verdad que no es tan fácil? Podemos entrar en Google y seguramente encontraremos varias respuestas, pero luego nos preguntamos: ¿y cómo se aplica eso? Tenemos una gran misión que seguramente no puede esperar a que hagamos un curso especial. Por eso queremos compartir contigo cinco tips para animarte a que lo sigas haciendo. Es bueno caer en la cuenta de que podemos aprender y hacerlo mejor con un poco de ayuda. Estos son los cinco consejos que queremos que atiendas: sujeto, objetivo, método, contenidos y recursos didácticos.
¿Qué es la pedagogía?
Te recordamos que la pedagogía, como la define la Real Academia de la Lengua, es la ciencia que se ocupa de la educación y la enseñanza. Y, aunque muchas personas la asocian con los niños, lo cierto es que tiene que ver en cualquier etapa de nuestra vida. También se define como una práctica educativa o el método de enseñanza en una ciencia determinada.
La imagen que deberías guardar es la de un maestro o maestra. Ellos son, en principio, los pedagogos por vocación. Eso fue lo que estudiaron y de seguro que a eso se dedican: a contagiar el conocimiento.
La pedagogía aplicada a los valores humano-cristianos
En el tema que nos ocupa de la educación en valores, podemos decir que es la forma de iniciar a los niños y niñas en el mundo de los valores. Se trata de un estilo, una forma de llevar a los niños de la mano, para que conforme vayan creciendo en estatura e inteligencia puedan ir haciendo sus propios aprendizajes de la vida, de lo que es valioso, significativo e importante para su vida.
Nuestros hijo, aunque no lo tengamos registrado, traen conocimientos y experiencias de la vida, de sus amigos, de los acontecimientos vividos. Debemos caer en la cuenta de que ellos son los sujetos de su propia formación. Como papá o mamá solo podemos ser mediadores, acompañantes, orientadores. Y claro, hemos de hacerlo con cariño, respeto y mucho tacto.
Los padres, con paciencia y dedicación, son los encargados de transmitir un modo de ser que se transforma en riqueza inmaterial. Esto es una gran responsabilidad.
El objetivo de la educación
La educación, más que para llenar de datos, fechas y conceptos a nuestros hijos, debe buscar que formen los criterios para orientarse en la vida. No se trata de prepararlos para el examen o el título de alguna profesión. Es algo mucho más vital y profundo. Se trata de formarlos en la criticidad, en la creatividad y en los valores morales.
Darles a nuestras hijas e hijos las herramientas para afianzar las bases de una sociedad más humana, más sana, más equitativa y feliz. No los formamos en valores para que estén encerrados, enjaulados, sino para que salgan al mundo, vuelen, viajen, aprendan de la vida y sean libres y felices. Y es que, si tienen valores, seguro que los reflejarán en una carrera, una buena profesión que genere vida y que ayude a otras personas.
¿Cómo enseñar valores a nuestro hijo? La cuestión del método
El método tiene que ver con algo más concreto. Como apuntamos arriba, la pedagogía es una ciencia que estudia y regula los procesos educativos. En cambio, la metodología se refiere a una serie de pasos ordenados y sistemáticos que se llevan a cabo para lograr un aprendizaje específico.
El método más seguro para alcanzar nuestro objetivo tiene que ser el inductivo: activo, participativo y cuestionador. Y quizá, en la práctica, ya lo hemos hecho. Todos tenemos algo de pedagogos. La vida misma nos ha dado herramientas. Sigamos haciéndolo, pero con conciencia, atentos. Usemos métodos que partan de la realidad vivida y de la experiencia vital: cognoscitiva, afectiva, psicomotriz. Además, insistir en la responsabilidad, pues no se trata solo de saber, sino de vivir con aquello que se va aprendiendo. Además, que apunte a la vida, la libertad, la belleza, la felicidad.
Aquí vale aquello que el papa Francisco ha repetido en varias ocasiones: hacer uso de “los tres lenguajes: el de la mente, el del corazón y el de las manos”.
Los contenidos de la educación en valores
Como padres, es nuestra obligación enfocar nuestras enseñanzas en los valores humanos y desde las propias inquietudes y proyectos de vida personal, profesional, familiar y comunitaria. No se olviden de incluir lo social, el medio ambiente, el cuidado de la vida.
La estrategia didáctica
De entrada, afirmamos que podemos hacer uso de todos los recursos didácticos a nuestro alcance: las experiencias personales, familiares, la escuela, los amigos, las alegrías y las tristezas. Además, gracias a los medios de comunicación, hoy podemos incluir películas, libros, canciones, teatro, dibujos, escribir mensajes, generar debates con el tema del momento…
Las estrategias pueden ser diversas, dependiendo de la edad, de la situación y de los gustos de nuestros hijos. Mientras más los conozcamos, mejor podemos acompañarlos. Y sin decirlo, tendríamos que estar atentos a evaluar nuestro proceder: qué ayudó, qué podemos mejorar, cómo hacer para que nuestros pequeños se sientan amados por su familia.
No necesitamos ser especialistas en pedagogía para educar en valores, pero sí necesitamos tener algunas herramientas para que nuestro esfuerzo no sea en vano: sujeto, objetivo, método, contenidos y recursos didácticos. Sería bueno también asesorarnos, buscar a alguien que sepa del tema. Si fuera posible tomar un curso o leer algún libro. Herramientas hay muchas, pero hay que buscar alguna. Si sigues alguno de estos consejos de seguro que aprenderás mucho más. Recuerda que como papás siempre soñamos el bien y la felicidad de nuestros hijos, pero también por un mundo mejor para todos. Así que, por amor a nuestra familia, sigamos aprendiendo y dando lo mejor de lo que somos.