El método de lectura bíblica que muchas personas del mundo católico conocen y usan


Hay muchas maneras de leer la Biblia, pero no todas son igual de provechosas. Quizá te hayas encontrado en la necesidad de leer pasajes porque tienes interés de conocer mejor el mensaje de Dios, o porque buscas respuestas a problemas que te que aquejan y te provocan desazón, pero no sabes por dónde empezar o cómo meditarlos.

Si buscas una forma que te ayude a leer mejor la Palabra de Dios y a comprenderla, aquí te ofrecemos un método que es uno de los más practicados en la vida de la Iglesia.

Método de lectura orante de la Biblia

Este método, llamado de la lectio divina, o también conocido como el método de la escalera, trata de iniciar en la lectura, meditación y práctica de la Palabra de Dios en forma orante. No es para hacer grandes análisis o reflexiones del texto. La lectura orante puede ser personal o en comunidad.

Si tu lectura es personal, busca un tiempo y un lugar para poder concentrarte y lograr un encuentro con Dios.

Invoca la presencia del Espíritu Santo, de modo que quien ha inspirado a mujeres y hombres a trasmitir su experiencia liberadora de la Palabra de Dios, ahora te ilumine también a ti.

Pasos del método

1° Lectura del texto

Es el primer pasito. De pie (si gustas).  Habiendo seleccionado previamente el relato, hacemos una lectura serena y sin prisas. Se puede repetir dos o tres veces. Observa los personajes, los lugares, las acciones que realizan, las palabras, lo que dice uno, lo que dice otro, los símbolos.

Siempre busca situar el texto si es anterior a otro, o si es posterior, para que comprendas la secuencia del mismo y lo ubiques en el contexto de un diálogo o una situación. Puedes subrayar las palabras o frases que te llamen la atención. El propósito es comprender la Palabra de Dios.

2° Meditación del texto

El segundo paso, lo puedes realizar sentado. Ahora nos preguntamos: ¿qué me quiere decir Dios? Inicio un diálogo, pero siempre preguntando qué me dice a mí esa palabra. No es buscar qué le digo, sino qué me dice a mí o a la comunidad.

Medito, rumio, confronto mis sentimientos, mi vida, mi realidad. El propósito es actualizar la Palabra.

3° Oración

En esta etapa, puedes usar otro gesto: de rodillas o en una posición cómoda que te haga sentir la presencia de Dios. Ahora se trata de que des tu respuesta. Puede ser con agradecimiento, alabanza, petición, súplica, clamor, silencio, grito.

No es momento de grandes discursos, o de repetir rezos, sino de intimar con Dios. El propósito es orar con la Palabra.

4° Contemplación y compromiso

Es la meta de este proceso. Puedes continuar sentado. Ahora, en un estado de comunión, sintonía y contacto con la presencia del Señor, nos preguntamos: ¿Qué puedo o qué debo cambiar para vivir lo que Dios me propone en la lectura?

Es el momento de hacer acuerdos, tomar decisiones de acción y organizar la vida según los criterios del Evangelio.  El propósito es la práctica de la Palabra meditada.

Todo este proceso de lectura puede llevar de 20 minutos hasta una hora. Depende de la experiencia que vayas teniendo, no solo con la lectura, sino en la intimidad con tu Señor. Estamos seguros de que tendrás una buena experiencia, y de que tu vida de fe será más fecunda en el día a día.

Recuerda que la lectura bíblica puede:

  • Iluminar nuestra vida.
  • Comprender el mensaje de Dios.
  • Conocer mejor a Dios y su proyecto de amor y de salvación.
  • Crecer como persona, como familia, como pueblo en amor, servicio, igualdad y fraternidad.
  • Sumarnos al seguimiento de Jesús y de su proyecto del Reino de Dios.

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