Las cinco consideraciones para que los pequeños celebren su primera comunión


 

 

Amigos y amigas catequistas, constantemente, en nuestro blog, hablamos de la importancia de la catequesis en nuestras comunidades católicas; reflexionamos sobre la eucaristía, cuál es su fuente y qué necesitamos para participar en ella.

Ahora queremos dar un paso más para llegar a la meta con éxito, con experiencias y aprendizajes de fe para una vida a la manera de Jesús. Para ello te invitamos a profundizar en cinco acciones que te serán de mucha ayuda para lograr que los niños y niñas de tu parroquia estén bien preparados para la celebración de su primera comunión.

  1. Hacer un plan con ideas claras, contenidos, tiempos y recursos

Un plan de catequesis debe contener información referente al programa, objetivos (generales y específicos), actividades y metas, indicadores del cumplimiento de las metas, fechas de su realización, recursos materiales que sustenten su ejecución, personal responsable para llevarlo a la práctica.

En la elaboración de este plan deben participar varias personas. En primer lugar el párroco. Junto a él, un equipo de catequistas y los responsables de las diversas pastorales. Lo ideal sería que de alguna manera participe la mayoría de la comunidad.

Los pastoralistas sugieren hacer un análisis de la realidad: ver la situación económica, política y social de la comunidad en cuestión. Esto sería lo ideal, pero si no es posible hacerlo formalmente, por lo menos debes estar en contacto con los responsables de la pastoral de la comunidad.

¿Para qué sirve este plan? Nos sirve de guía, de orientación para no perdernos en el camino hacia la meta, pero también como referencia para el equipo, para volver a él una y otra vez y revisar si vamos avanzando bien, si hay elementos nuevos que debemos tomar en cuenta, o si hay algo que debemos corregir. Es como el timón de un barco para llevarnos a puerto seguro.

¿Qué debe contener nuestro plan? Entre los elementos que debe contener están los objetivos, los contenidos, los tiempos, las estrategias y las personas. A modo de ejemplo te proponemos:

Objetivo general para la preparación a la primera comunión:

Preparar al niño para que participe en el sacramento de la eucaristía, para que comulgue el pan y la vida de Jesús, el pan y la vida de los hermanos.

Objetivos específicos:
  • Que conozca que el centro de la vida cristiana es Jesús, al que debe seguir con todo lo que implica.
  • Ser cristiano es ser un aliado de Dios: es acoger a Jesús, aprender a vivir, amar como él a Dios y a los hermanos.
  • Ser cristiano es vivir en comunidad, y si por alguna razón rompemos esa comunión en el amor, podemos volver a empezar recibiendo el perdón de Dios.
  • En la eucaristía celebramos nuestro amor a Dios y a los hermanos, celebramos la comunión con Jesús compartiendo también nuestra vida en la misa y en la vida.
Contenidos básicos:

Enunciamos de manera general posibles temas a modo de ejemplo:

  • Qué significa ser persona creyente y vivir en comunidad
  • Qué es el bautismo, porqué estar bautizado y cómo vivir este sacramento
  • Qué implica haber recibido el bautismo, cómo podemos seguir a Jesús.
  • Qué significa “renacer del agua y del Espíritu Santo”
  • Cómo podemos dar la vida al estilo de Jesús
  • Conocer la vida de las primeras comunidades cristianas
  • Qué implica ser cristiano, vivir motivado por la fe
  • Qué es el Credo y como nos orienta en la vida cristiana
  • Conocer que hay personas que no quieren ni conocer ni seguir a Jesús
  • Los mandamientos son la guía para vivir conforme al plan de Dios
  • El bien y el mal están entre nosotros y Dios nos dio libre albedrío para elegir
  • Jesús convive y come con los pecadores
  • Qué significa y por qué hacer la paz con el hermano
  • Dios es un Padre siempre esperando que su hijo regrese a casa
  • El perdón en nuestra vida
  • La cena del pan, del servicio y de amor
  • “Hagan esto para que se acuerden de mí”: Jesús
  • Yo soy el pan de vida
Tiempos

Los contenidos se desarrollan a lo largo de un año. En total serían unos 25 temas porque habrá que incluir en nuestra planeación anual temas complementarios como el manejo de la Biblia, la celebración de los tiempos litúrgicos fuertes como la Navidad, la Cuaresma, la Pascua, la Virgen María, el Santo Patrón de la comunidad y la fiesta de todos los santos.

Recursos humanos

Promotor: El párroco. Es el conductor y animador de la parroquia. No el que debe realizar todo el trabajo, sino promover, proponer, delegar. Si queremos una parroquia movida, “en salida”, como dice el Papa Francisco, necesitamos poner el hombro también nosotros.

El equipo de catequesis: Compuesto por quienes se encargan de preparar a los que van a realizar su primera comunión. Sabemos que el modelo de catequesis en muchas parroquias es el de catequesis “escolarizada” o de proceso.

Todo lo anterior podemos resumirlo en una tabla, que quedaría más o menos así:

Tiempos Tema Actividad Responsables Otros
Agosto Invitación al cursoHacer carteles

Enviar por RS

Párroco

Catequistas

Entonces, si en nuestra comunidad hay un buen grupo de niños y niñas que están en edad e interesados en prepararse para recibir su primera comunión, hagamos un equipo, pensemos en un plan y todo eso pongámoslo por escrito.

 

  1. Conocer las orientaciones de la diócesis y/o de la parroquia

¿Por qué hay que conocer las orientaciones de la diócesis? Recordemos que a partir de nuestro bautismo pertenecemos a una comunidad más amplia, que es la Iglesia, que se hace presente en nuestra parroquia y nuestra diócesis.

El nuevo Directorio para la catequesis nos dice: “Como educador, el catequista también tendrá la función de mediar la pertenencia a la comunidad y de vivir el servicio de la catequesis como un estilo de comunión. De hecho, el catequista lleva a cabo este proceso educativo no individualmente, sino junto con la comunidad misma y en su nombre. De ahí que sepa trabajar en comunión, buscando el acuerdo con el grupo de catequistas y con los otros trabajadores pastorales. Además, está llamado a cuidar la calidad de las relaciones y a animar las dinámicas del grupo de catequesis” (DPC n. 150).

¿Para qué necesitamos conocer esas orientaciones? Para tener claro a dónde ir y cómo hacerlo. Recuerda que la Iglesia tiene un caminar de casi 2000 años. Y a lo largo de su historia tiene mucha experiencia. No partimos de cero.

  • Para mostrar nuestra comunión eclesial y la sinodalidad de la que tanto se está tratando en este momento de nuestra Iglesia.
  • Para tener el apoyo del párroco. La catequesis es una acción eclesial y no es posible hacer un grupito en mi casa y prepararlos a mi manera.

Este segundo punto no es muy complicado. Podemos revisar la página de la diócesis por internet y allí veremos todo lo que está haciendo. Pero también podemos pedir una entrevista con el encargado(a) de la catequesis y seguramente ella o él nos darán todo su apoyo para seguir con nuestra propuesta. Normalmente el párroco está empapado de todo lo que sucede en la diócesis. Platiquemos con él.

 

  1. Formar un equipo de catequesis para preparar la primera comunión

En este punto, quizá, está el verdadero reto. Hay catequistas que sólo dan su tema, terminan la clase y se van. ¡Hasta el próximo sábado o la próxima reunión! Todos tenemos, gracias Dios, muchas cosas qué hacer. Pero entonces, no todos pueden ser parte de este equipo. Necesitamos establecer algunos criterios, algo así como un perfil. Sobre esto el papa Francisco ha hablado y escrito en repetidas ocasiones y en Dabar tenemos un libro que recoge una excelente información sobre este tema: Queridos catequistas, Luis M. Benavides, Dabar, México 2013, pp128-145.

“Viéndoles a ustedes: qué hacen, cómo se conducen, qué dicen, cómo sienten, cómo aman: que crean en el Evangelio”.

¿Qué debe saber este equipo? Básicamente lo mismo que debería saber todo catequista y que encontramos en el nuevo Directorio para la catequesis:

“La formación tiene como finalidad, en primer lugar, concientizar a los catequistas de ser, como bautizados, verdaderos discípulos misioneros, es decir, sujetos activos de la evangelización y, sobre este fundamento, capacitados por la Iglesia para comunicar el Evangelio, acompañar y educar en la fe. Por lo tanto, la formación de los catequistas ayuda a desarrollar las habilidades necesarias para la comunicación de la fe y para acompañar el crecimiento de los hermanos. La finalidad cristocéntrica de la catequesis plasma toda la formación de los catequistas y les pide que sepan animar el camino catequístico que resalte la centralidad de Jesucristo en la historia de la salvación” (DPC 132).

Recordemos que estos saberes son los que pide la iglesia y es lo ideal. Habría que ir revisando cada una de estas dimensiones que menciona el Directorio y si alguna de ellas hace falta cultivar, habría que buscar la manera de atenderla pidiendo apoyo al párroco o alguna otra persona de la comunidad con más experiencia catequética y pastoral.

  1. Recurrir a un libro de trabajo para los catequizandos

Hay maestros de educación en la fe, doctos en su materia, pero que no usan ningún libro. Incluso, algunos afirman que el libro es para adoctrinar a los educandos. Otros más osados toman la hoja dominical y de ella se “inspiran” para su sesión de catequesis. Sin duda, este tipo de catequesis provocan muchas dudas, porque entonces cómo evalúas, cómo sabes si están aprendiendo, cuál es el objetivo… Afortunadamente la mayoría de los catequistas confiesan que es básico tener un libro específico que los ayude en los distintos temas. Que haya un perfil, una secuencia temática para no repetir contenidos, actividades y poder evaluar los aprendizajes. Entonces habría que responder: ¿Cuál es el libro más apropiado? ¿A qué requisitos deberá responder?

  • Para empezar este libro debería tener como centro a Jesucristo y su anuncio del Reino de Dios. Recordemos que “el acto de fe nace del amor que desea conocer cada vez más al Señor Jesús, vivo en la Iglesia; por eso iniciar a los creyentes en la vida cristiana equivale a llevarlos al encuentro vivo con él” (DPC n. 4).
  • La temática debería tener una secuencia progresiva, como la que proponemos arriba: empezando por lo antropológico, llevarlo a lo religioso y, finalmente, al encuentro con la persona y obra de Jesús de Nazaret.
  • El método es otro elemento básico: este debe respetar la pedagogía de la Revelación. Debe partir de la vida, de la experiencia, de lo que traen los niños y niñas para que de verdad sea significativo y no lo sientan como algo extraño que se les pretende imponer. Sino que descubran su importancia en la vida. Que el compromiso nazca del descubrimiento, de la reflexión, del compartir con sus compañeros.
  • Otro dato que vale la pena tomar en cuenta es el lenguaje. Hay libros muy buenos, bíblicos, pedagógicos, pero el lenguaje está muy alejado de la realidad en la que viven nuestros catequizandos. Es muy técnico o propio de otra cultura porque los libros llegan de otro país. Si Dios es palabra, comunicación, lo mejor es que se les hable desde su lenguaje para que entonces haya comunicación, diálogo, acogida.
  • Las actividades. Otro elemento en el que hay que fijarse. Hay catequistas que se quejan porque llevan un libro con muchas actividades, y termina el año sin poder completarlo. Recuerda que, como mucho, tienes 120 min cada ocho días. Y esto sin contar que algunos niños llegan tarde; terminan una actividad y hasta que se acomodan para escribir o dibujar o compartir… el tiempo se nos va de la mano.
  • El perfil de salida. Éste será de gran ayuda porque nos permite tener de una sola mirada qué conceptos, qué oraciones, qué procedimientos y con qué actitudes saldrán nuestros catequizandos a la hora de terminar con el curso de catequesis. El detalle es que pocas editoriales hacen esta labor.

Quizá haya otros, pero estos criterios pueden servirnos de base a la hora de escoger un libro: que sea cristocéntrico, bíblico, con método y lenguaje inculturados, con actividades acordes al tiempo y perfil de salida. Lo ideal, además, es disponer de otros recursos propios para el catequista como:

  • Una guía apropiada para que el catequista que tenga sugerencias, reflexiones y recursos, y no tener que buscar en otra pate la información que necesita.
  • Un cd de cantos porque hay catequista que se saben “El diablo está enojado”, pero hay muchos otros cantos catequísticos de los que no tienen idea de la tonada.
  • Mapas donde puedan ubicar los lugares bíblicos…
  • Un blog donde puedan descargar plantillas, videos o algún material que pudieran ocupar para casos especiales como Navidad, Cuaresma, Pascua…

 

  1. Involucrar a toda la comunidad siguiendo la propuesta del papa Francisco

El santo Padre está proponiendo a toda la humanidad que reconstruyamos el pacto educativo global (octubre del 2020), preocupado por la crisis que vive el planeta y convencido de que la educación es la mejor manera de revertir esta situación.

La propuesta del Papa es una invitación a unir esfuerzos a nivel mundial para crear una alianza educativa amplia y formar personas que reconstruyan la sociedad más fraterna. «Conocemos el poder transformador de la educación: educar es apostar y dar al presente la esperanza que rompe los determinismos y fatalismos con los que el egoísmo de los fuertes, el conformismo de los débiles y la ideología de los utópicos quieren imponerse tantas veces como el único camino posible» (Mensaje del papa Francisco a los participantes del Global Compact on Education en la Pontificia Universidad Lateranense – 15 de octubre de 2020).

Este compromiso implica:

  • Poner en el centro de todo proceso educativo formal e informal a la persona.
  • Escuchar la voz de los niños, adolescentes y jóvenes.
  • Fomentar la plena participación de las niñas y de las jóvenes en la educación.
  • Tener a la familia como primera e indispensable educadora.
  • Educar y educarnos para acoger, abriéndonos a los más vulnerables y marginados.
  • Comprometernos a estudiar para encontrar otras formas de entender la economía, la política, el crecimiento y el progreso.
  • Salvaguardar y cultivar nuestra casa común, protegiéndola de la explotación de sus recursos, adoptando estilos de vida más sobrios.

Esta propuesta del Papa está dirigida primeramente a la educación en general, pero nos incluye porque educar en la fe, no es solo enseñar oraciones, leer la biblia, sino formar a la persona en todo su ser y teniendo como base a la familia, la escuela y la parroquia.

Con esta rápida revisión que hacemos, queremos hacer conciencia sobre una buena preparación para que los niños y niñas que hagan la primera comunión. Esto requiere bastantes elementos que hay que tomar en cuenta. No es complicado, pero hay que sentarse, dialogar con otros compañeros/as y juntos buscar la mejor manera de organizarse, haciendo un plan y poniendo manos a la obra. De seguro que Dios hará la mejor parte para que lleguemos a la meta deseada.

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