Sigue estos consejos para que el equipo litúrgico anime las celebraciones parroquiales


 

En Dabar hemos querido hacer una breve guía con las lecciones prácticas más relevantes para que el equipo de animación litúrgica de las parroquias pueda organizar y apoyar en las distintas celebraciones de la Iglesia. Tomaos, a modo de ejemplo, la liturgia del miércoles de ceniza. El propósito es que los equipos descubran que pueden alentar las celebraciones, pero no pueden ni deben hacerlo todo. Este ejemplo lo puedes encontrar más desarrollado en el libro Sugerencias para dinamizar las celebraciones, de José Antonio Pereira, que editamos nosotros.

Miércoles de ceniza

Lo primero que hay que tomar en cuenta es que el tiempo del Año Litúrgico de esta celebración es el de Cuaresma, y el color litúrgico es el morado. Las lecturas bíblicas son las siguientes:

  1. Primera lectura: Joel 2,12-18
  2. Salmo responsorial: 50(51)
  3. Segunda lectura: 2Corintios 5,20-6,2
  4. Evangelio: Mateo 6,1-6.16-18.

Algunos temas que te sugerimos para mediar, reflexionar y profundizar en la fe, para esta celebración son: “Tu padre, que te ve en lo secreto, te recompensará”; “Convirtámonos al Señor”; “Retomar el camino de la solidaridad y la paz”, “Reconcíliense con Cristo”; “Reconcíliate con Dios, con el hermano y con la madre tierra”, (u otros que prefiera la comunidad). Toma en cuenta la situación de pandemia que vive nuestro mundo.

Sugerencias para el equipo de liturgia

  1. Espacio de la celebración y acogida: Acoger a los hermanos y hermanas que llegan a la celebración.

La Cuaresma es un tiempo en que muchas personas que viven alejadas de la Iglesia se acercan a ella. Los ministros(as) de acogida pueden recibir a todos con palabras como estas: “Sean bienvenidos(as) hermanos(as). Busquen a Dios mientras es tiempo de encontrarlo”; “Bienvenido(a) hermano(a), a la casa del Señor”.

La ceniza que será bendecida y colocada en la frente de las personas, deberá ser preparada con antelación. En el espacio de la celebración no habrá flores ni adornos.

A medida que va llegando el pueblo, pueden entonarse diversos cantos. Recuerda que en la Cuaresma no se reza el Gloria ni se canta el Aleluya.

  1. Ritos iniciales: Incluir la cruz en la procesión de entrada. Al llegar al altar, el acólito sostiene la cruz por un momento. Para destacarla se puede iluminar con algunas velas.

La cruz es un elemento importante en todo tiempo, pero en la Cuaresma constituye sin duda un signo muy particular de la pasión de Cristo y de la pasión del mundo. Para destacar debidamente este signo, sugerimos colocar un incensario al pie de la cruz. Las brasas se alimentan constante y discretamente, sin excesos.

Preparar un lugar junto a la pila bautismal para poner la ceniza que se bendecirá en su momento, a la vista de todos. Según el espacio disponible, otra opción sería ponerla junto a la cruz, pero en ningún caso sobre el altar.

  1. Acto penitencial: en este día se omite el acto penitencial, sustituyéndolo por la imposición de la ceniza después de la homilía.
  2. Liturgia de la Palabra: para crear un ambiente de escucha, antes de la proclamación de las lecturas, sustituir el comentario por un estribillo meditativo.

Las lecturas tienen un tono bastante exhortativo. Sería muy provechoso que los lectores se imbuyesen de este espíritu y lo expresaran de forma bien elocuente y clara a la asamblea.

Hacer una buena catequesis sobre el simbolismo de la ceniza, que significa arrepentimiento, humildad, penitencia y conversión.

Después de la homilía se pasa al rito de la ceniza. El ministro de la celebración reza la oración propia de la ocasión. A continuación, en silencio, asperge la ceniza con agua bendita. El monitor del equipo de liturgia invita a que los fieles se acerquen a recibir la ceniza, mientras el ministro dice a cada uno: “Conviértete y cree en el Evangelio”.

  1. Rito de la distribución de la ceniza: para este rito es necesario preparar la ceniza en vasijas, agua bendita para la bendición, y un lavabo para que los ministros se laven las manos con agua y jabón después del rito. La imposición se acompaña con un canto penitencial.

Se recomienda que la imposición de la ceniza no se haga con un sello. Es preferible poner la ceniza con los dedos y haciendo una cruz en la frente del feligrés.

Durante la imposición, la asamblea entona un canto apropiado y propio del tiempo de Cuaresma. Al poner ceniza a cada persona, el ministro dice: “Conviértete y cree en el Evangelio”.

  1. Ofertorio: incluir en la procesión de ofrendas tres carteles de color, con palabras como estas: “Oración”, “Ayuno”, “Caridad”.

En la procesión de las ofrendas la comunidad puede ofrecer alimentos para los necesitados. Esta ofrenda puede realizarse también antes de la alabanza, si se hace celebración de la palabra.

  1. Ritos finales: las palabras del rito de despedida pueden estar en consonancia con el misterio celebrado: “Sean testigos de la reconciliación”. “Vivan en conversión constante”. “Vayan en paz y que el Señor los acompañe”.

Una vez finalizado el rito, lo mejor es que el equipo de liturgia se tome un tiempo para revisar su desempeño, con el propósito de mejorar su papel de animadores en las celebraciones de su comunidad. Si buscas más ideas y pistas para preparar otras liturgias en tu comunidad, acércate con nosotros para descubrir los distintos libros que tenemos para ayudarte.

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