Conoce los 5 ejes educativos de un curso de educación en la fe para niños y niñas de 3 a 5 años


Como educadoras y educadores de niños y niñas que se están iniciando en la fe, tenemos la responsabilidad de acompañarlos en este proceso.

Nuestro quehacer es guiar a los alumnos de preescolar por medio de la enseñanza de la doctrina y nuestro testimonio como cristianos, para que ellos y ellas conozcan su fe formen su carácter y se comprometan con el ambiente que los rodea.

 

Tomando al nuevo Directorio para la catequesis como referencia para nuestra labor, éste hace mención de cinco tareas fundamentales, propias de la fe, con niñas y niños. ¿Qué significa cada una de estas tareas y cómo realizarlas con los pequeñitos? Aquí te proponemos algunas sugerencias.

  1. Iniciarlos en el conocimiento de la fe
  • Empezar a presentarles a través de dibujos, láminas, cantos o narrando sus historias, a personajes como María, José y Jesús.
  • Hablarles de ese gran libro que se llama Biblia, que enseña cómo las cosas son importantes para nosotros y cómo debemos cuidarlas, empezando por lo que tenemos en casa y en la escuela.
  • Empezar a mostrarles los signos propios de la vida de fe, como la señal de la cruz para saludar a Dios, el valor de la oración, de los símbolos y los colores.
  • Promover valores como el respeto, el cuidado, la vida, el agradecimiento por la familia que tenemos y por nuestros amigos.
  1. Iniciarlos en la celebración del misterio cristiano
  • Hablarles de la Eucaristía o la Misa, en la que podemos participar en familia. Invitarlos a participar en el colegio y pedirles que lo hagan en su comunidad.
  • Empezar a hablarles del año litúrgico a través de dibujos, coloreando cada uno de esos tiempos importantes (Navidad, Cuaresma, Pascua, Tiempo Ordinario).
  • Hablar de la simbología de los colores, de lo que sucede en cada celebración.
  • Además, la celebración es un espacio donde podemos encontrar a otros niños, amigos y saludarlos, platicar con ellos y acrecentar nuestra amistad con Jesús.
  1. Iniciarlos en la belleza de conocer a Cristo y su mensaje
  • Hablarles de la felicidad que todos buscamos y que ésta la podemos encontrar conociendo a Jesús para hacernos sus amigos.
  • Presentarles a Jesús a través de dibujos, cantos o narrando alguna escena de su vida, especialmente de los milagros y las parábolas.
  • Mostrarles que todo lo que Jesús hizo es por nuestro bien, para que tengamos Vida, con mayúscula.
  • Invitarlos a que le pidan a su mamá o papá que les lean los evangelios y que traten todos de imitar el ejemplo de Jesús.
  1. Iniciar en la belleza de la oración
  • Iniciarlos en la oración con la práctica diaria. Recordemos que a esta edad los niños aprenden lo que ven, lo que hacen los mayores. Así, hagamos oración con ellos.
  • Aprender a orar con Jesús es orar con los mismos sentimientos con que se dirigía al Padre: adoración, alabanza, acción de gracias, confianza, admiración. Enseñarles el Padrenuestro.
  • Presentar a los grandes modelos de orantes: María, Moisés, Elías, el patrono de la escuela o de su parroquia.
  1. Introducirlos en la vida comunitaria
  • La fe se profesa, se celebra y se vive sobre todo en la comunidad: “la dimensión comunitaria no es solo un marco, un contorno, sino que es parte integrante de la vida cristiana, del testimonio y de la evangelización”.
  • Hablarles de la importancia de vivir en comunidad porque estamos hechos para jugar, cantar, aprender con otros.
  • Promover valores como la atención, el cuidado y la solidaridad con sus compañeros.
  • Hablarles de la Iglesia como un gran equipo que persigue ganar la fiesta de la vida: quiere que todos estemos bien, sanos, salvos, alegres y felices, teniendo como capitán a Jesús, amigo de todos.

Ya te habrás percatado que estas cinco tareas de la catequesis no son aisladas, sino que todas apuntan a la formación integral en la fe de los niños y niñas. Diríamos que rebasan lo que toda enseñanza sería capaz de ofrecernos porque nos invitan a trascender en todo lo que hacemos y promueven actitudes y valores para bien de todos.

 

Esperemos que estas actitudes las tengamos siempre presentes en cada tema, en cada encuentro que realizas, así estarás formando personas con carácter capaces de enfrentarse al mundo, valorando lo positivo y cuestionado aquello que se puede mejorar. Pero, sobre todo, comprometiéndose, a su manera, por un mundo justo y bueno para todos.

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