La mejor manera de motivar a tus catequizandos es valiéndote de materiales didácticos, conoce los criterios de aplicación


Jesús les enseñó muchas cosas por medio de ejemplos o parábolas. Les enseñaba en esta forma: «Escuchen esto: El sembrador salió a sembrar…» (Mc 4,2-3).

Jesús llamó a un niñito, lo colocó en medio de los discípulos y declaró… (Mt 18,2).

Jesús se inclinó y se puso a escribir en el suelo con el dedo… (Jn 8,6).

 

En nuestro recorrido por el país, visitando colegios y parroquias, hemos encontrado catequistas de todo tipo. Los y las hay muy creativas que usan recursos muy variados, como videos, presentaciones en ppt, cuentos, cantos, dinámicas, juegos, entre otros. Y se nota ambiente con los niños. Pero también hemos encontrado catequistas que se la pasan llamando la atención a los niños y niñas porque no se aprendieron las oraciones o porque son muy inquietos y no dejan dar la clase.

Quizá entre uno y otro extremo te encuentras tú, querido lector. Por eso hoy queremos decirte una palabra buena: que vale la pena conocer y hacer uso de los recursos didácticos porque los y las niñas de hoy ya no son los mismos de antes. Hoy son mucho más inquietos, soñadores, creativos. Y si está en nuestras manos algún medio para transmitir el mensaje de Dios, usémoslo. Jesús lo hizo siempre. Sigamos su ejemplo.

1.     Qué son los recursos didácticos y porqué hacer uso de ellos

Los recursos didácticos, materiales didácticos o auxiliares didácticos son cualquier tipo de soporte material o tecnológico que facilita o propicia el proceso denseñanza y aprendizaje. En nuestro caso, para comunicar el mensaje de la fe. Afortunadamente nos ha tocado vivir en una época en la que hay suficientes recursos que podemos aprovechar. Y como pueblo de Dios no podemos quedarnos en el pasado.

Recordemos que catequizar es comunicar. “El catequista está llamado a comunicar la verdad sobre el hombre y sobre su vocación suprema, abriendo al conocimiento de Cristo y, al mismo tiempo, introduciendo en las diversas dimensiones de la vida cristiana, enseñando los misterios de la salvación contenidos en el depósito de la fe y celebrados en la liturgia de la Iglesia” (Directorio para la Catequesis, n. 113b). Este es el oficio del catequista: comunicar la revelación de Dios en la historia.

San Juan Pablo II, en el documento Catequesi tradendae (n. 15), invita a la Iglesia a “consagrar a la catequesis sus mejores recursos en personas y en energías, sin ahorrar esfuerzos, fatigas y medios materiales”.

Siguiendo esta exhortación apostólica, los recursos pueden dividirse en humanos y materiales.

 

2.     Clasificación de los recursos didácticos

Los recursos didácticos materiales pueden clasificarse de diferentes maneras. Aquí te ofrecemos una.

  • Libro o cuaderno de trabajo. Todo lo que se usa en las sesiones, ya sea para llevar registro de las mismas, ilustrar lo dicho o permitir otro tipo de expresiones. En nuestro caso es el catecismo de trabajo.
  • Material informativo de apoyo. Aquellos materiales en los que se halla contenida la información y que son empleados como fuente de saberes. Por ejemplo, el libro guía para el catequista y los padres de familia.
  • Material ilustrativo para ejemplificar. Todo aquello que puede usarse para acompañar, potenciar y ejemplificar el contenido a transmitir, ya sea visual, audiovisual o interactivo. En nuestro caso, pueden ser mapas bíblicos o láminas de sacramentos.
  • Material experiencial o vivencial. Es aquel que permite a los alumnos comprobar, mediante la práctica y la experimentación directa, el mensaje catequético. Nuestras celebraciones al final de una unidad, de un curso o con motivo de una fiesta litúrgica.
  • Recursos tecnológicos. Se trata de los recursos electrónicos que permiten la generación y transmisión de contenidos, la masificación de los mismos, etc., valiéndose sobre todo de las llamadas TICs. En nuestro caso, puede ser el WhatsApp, los videos, las películas, el zoom…

 

3.     Diferentes caminos de los recursos didácticos en la catequesis

Tradicionalmente el uso de los recursos didácticos se ha desarrollado por dos grandes caminos, el tradicional y el moderno.

Es preciso renovar los encuentros, ponerse como meta principal el convertir la catequesis en un auténtico encuentro de los catequizandos con el mensaje de Jesús. Del mismo modo que una comida sin sal no es tan sabrosa, un encuentro sin elementos de motivación, que muevan los sentidos de los catequizandos y promuevan su participación, casi seguro que no es atractivo.

El catequista necesita aprovechar los recursos en sus encuentros catequéticos, teniendo siempre en cuenta lo importante que es propiciar un ambiente adecuado para el desarrollo de la fe de los catequizandos.

Es preciso mirar con otros ojos el diario acontecer, las rutinas, la vida de las personas de la comunidad, las novenas, las fiestas, las misas. Todo puede ser un recurso auxiliar, basta que percibamos su importancia y que estos se incluyan debidamente en el proceso catequético. En esto consiste eso de desarrollar una nueva visión de los recursos didácticos.

4.     Importancia de los recursos didácticos en la catequesis

El valor instrumental de los recursos no está en los propios medios, sino en la manera como se integran en la actividad didáctica, en cómo logramos incluirlos en el método, porque es éste el que los articula y les da sentido en el desarrollo de la acción (Machado L. y Andrade M., Recursos didácticos para la catequesis, Dabar, México, p. 24).

Los recursos importan porque

  • Son un canal, un medio para transmitir información.
  • Motivan al aprendizaje, despiertan el interés por el conocimiento.
  • Generan apropiación, contemplación y reflexión.
  • Propician mayor eficiencia cuando son concretos.
  • Encaminan a la participación
  • Promueven la discusión
  • Ayudan a evaluar el desempeño del alumno.

 

5.     Elementos que ayudan en la elección de recursos

  • Conocer bien a los catequizandos, o lo más posible. De hecho, es nuestra primera tarea: entrar en su onda, generar confianza, aprender sus nombres, sus necesidades, gustos, sueños.
  • Ubicarse en el ambiente. Si es al aire libre, lo mejor son los juegos, las dinámicas, el movimiento. Si es un lugar cerrado, el silencio, la proyección, la escucha.
  • Conocer el contenido de la catequesis. Tener claros los objetivos, las ideas, los valores que se quieren transmitir para así aplicar cada recurso en el momento apropiado.
  • La creatividad del o de la catequista. El o la catequista necesita conocer sus cualidades y aptitudes. Si no le gusta o no sabe cantar, no tendría caso pedirle que enseñe canto o música. Si no le gusta correr, brincar, no le pondremos a jugar. La catequista debe hacer lo que sabe hacer bien. Y reconocer aquello que no puede o no sabe hacer. En las cosas de Dios hay que hacerlo bien porque se trata de dar gloria a Dios. Y en la mentalidad de san Gregorio, “la gloria de Dios consiste en que el hombre viva”.

 

6.     Cómo utilizar los recursos en el encuentro catequético

Algunas preguntas que pueden ayudarte a elegir mejor:

  • ¿Qué recursos podrán utilizarse en estos momentos?
  • ¿Cuál momento deberá valorar? (motivación, palabra, celebración).
  • ¿Qué ayuda a comprender mejor el mensaje?
  • ¿Qué materiales serán necesarios?
  • ¿El local, lugar, ambiente es adecuado?

Los encuentros catequéticos necesitan que las acciones sean siempre planeadas y eso exige: (…) Detenerse a reflexionar considerando la experiencia de las prácticas anteriores, prever la interferencia de los factores externos, contar con alguna forma de liderazgo que ayude a coordinar la acción, repartir entre las personas tareas que se complementan, prever las etapas de la acción hasta alcanzar el objetivo (Machado L. y Andrade M., Recursos didácticos para la catequesis, Dabar, México, p. 33).

7.     Usemos y reinventemos los recursos didácticos

En tiempos de crisis, como el que nos ha tocado vivir, lo mejor es aplicarnos con los recursos que tenemos a la mano, como son el internet, las redes sociales, el facebook, el WhatsApp o aquellos que tenemos a nuestro alcance. Y esto es posible. Es viable porque ya muchos compañeros y compañeras catequistas lo están haciendo.

Debemos recordar que una de las instituciones que impulsó esto de los nuevos medios de comunicación social fue la Iglesia con la radio, la televisión. En el documento Inter mirífica los define como “maravillas del hombre moderno”.

Y el papa Francisco en la exhortación apostólica postsinodal Vive Cristo, habla de estar en las “nuevas plazas” donde se encuentren los jóvenes de hoy. Se refiere a los medios modernos de comunicación (internet, redes sociales, facebook). “En numerosos países, web y redes sociales representan un lugar irrenunciable para llegar a los jóvenes e implicarlos, incluso en iniciativas y actividades pastorales» (Vive Cristo, n. 87).

El nuevo Directorio para la catequesis (2020) en el capítulo 4 refiere varios instrumentos y medios didácticos para el acto catequético, entre los que menciona:

  • El catecismo de la Iglesia católica (182) como “texto oficial” una “referencia básica indispensable de la catequesis” (184), “norma segura para la enseñanza de la fe” (185), que presenta “el encuentro con una persona que vive en la Iglesia” (190).
  • El compendio del catecismo de la iglesia católica, como “una síntesis fiel y segura del catecismo de la Iglesia católica” (193), “panorama completo de la fe católica”.
  • En relación a la metodología se expresa que “está abierta a valorar diferentes métodos, confrontándose con la pedagogía y la enseñanza, y dejándose guiar por el Evangelio para reconocer la verdad del ser humano” (195).
  • La experiencia humana como “parte constitutiva de la catequesis (…), porque no es solo lugar en el que resuena la palabra de Dios, sino también el espacio en el que Dios habla” (197).
  • La memoria como “una dimensión constitutiva de la historia de la salvación. El pueblo de Israel es invitado a mantener vivos sus recuerdos, a no olvidar los beneficios del Señor” (201). El objetivo es “ayudar al creyente a sentirse parte de esta historia”.
  • El lenguaje. “La Iglesia (…) nos enseña el lenguaje de la fe para introducirnos en la inteligencia y la vida de la fe” (204): la Sagrada Escritura (lenguaje bíblico), símbolos y ritos litúrgicos (lenguaje simbólico-litúrgico), los escritos de los padres, las profesiones de fe, las fórmulas del Magisterio (lenguaje doctrinal) y el testimonio de santos y mártires (lenguaje performativo) (205).
  • El lenguaje narrativo y autobiográfico porque “continúa la historia de la salvación… e involucra a la persona en todas sus dimensiones: afectiva, cognitiva, volitiva” (208).
  • El lenguaje del arte en sus “iconos sagrados” porque ayudan a experimentar el encuentro con Dios a través de la contemplación de su belleza” (209), “ayudan a conocer y memorizar los acontecimientos de la historia de la salvación de un modo mas rápido e inmediato” (210).
  • El lenguaje musical, “de inmenso valor artístico y espiritual, ya que infunde en el espíritu humano el deseo de infinito”. “Las canciones litúrgicas llegan más fácilmente a la mente y se imprime profundamente en el corazón de las personas” (211).
  • Las expresiones artísticas (literatura, teatro, cine), que tienen el mérito de abrir la persona al lenguaje de los sentidos, ayudándoles no solo a seguir siendo espectadores de la obra de arte, sino a involucrarse en él” (212).
  • El lenguaje y los instrumentos digitales, el espacio virtual (213) en el que convergen las palabras escritas, los sonidos y las imágenes (214).
  • Las tecnologías de la información y la comunicación, las redes sociales, los dispositivos móviles, fomentan los esfuerzos de colaboración, del trabajo en común, del intercambio de experiencias y del conocimiento mutuo (215). “También es una prioridad para la catequesis educar en el buen uso de estos instrumentos y en una comprensión más profunda de la cultura digital, ayudando a discernir los aspectos positivos de aquellos que no lo son” (216).
  • La comunidad cristiana como sujeto principal de la catequesis (218), que “desarrolla el sentido de pertenencia eclesial y ayuda al crecimiento de la fe”.
  • El espacio adecuado para acoger a la gente y llevar a cabo sus actividades: celebración de los misterios divinos, compartir fraternalmente y enseñar (221): casa, apartamento, ambientes educativos, culturales, recreativos, cárceles (223).
  • La familia, como lugar natural en el cual la fe puede vivirse de manera sencilla y espontanea (227): despertar el sentido de Dios, los primeros pasos en la oración, la educación de la conciencia moral, formación en el sentido cristiano del amor.

Como podrás darte cuenta, los recursos didácticos son una herramienta muy valiosa porque facilitan la atención de los niños, ayudan en la entrega del mensaje y posibilitan el encuentro con la persona de Jesús. La Iglesia, fiel a su Maestro, está a favor de usarlos y los ve como una “maravilla de los tiempos modernos”. Si está a nuestro alcance hagamos uso de ellos y no desaprovechemos la oportunidad.

6 Comentarios. Dejar nuevo

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Rellena este campo
Rellena este campo
Por favor, introduce una dirección de correo electrónico válida.
Tienes que aprobar los términos para continuar