5 enseñanzas sobre la fe que los niños pueden aprender con nuestra ayuda


La fe es la más bella herencia que se deja a los hijos.

Papa Francisco.

«No existe momento más privilegiado para iniciar a los niños en la vivencia de Dios que los primeros años de vida». Luis M. Benavides, Catequesis con niños pequeños, Dabar, México 2010, p.18.

Entre los 4 y 6 años de edad, los niños son muy abiertos, inquietos y disponibles para aprender. Ellos comparten sus ideas, preguntan lo que no entienden, se relacionan sin prejuicios con otros compañeritos y compañeritas. Es una etapa muy buena para inculcarles la fe. A esa edad tan tierna y receptiva hay que tener en cuenta su frescura, su incipiente capacidad para conocer las cosas y su permeabilidad al medio que los rodea, para que descubran la presencia de Dios.

Por eso, el proceso catequético en el tiempo de la infancia es eminentemente educativo; atento a desarrollar las capacidades y aptitudes humanas; el sentido de la confianza, de la gratuidad, del don de sí, de la invocación, de la gozosa participación… La educación a la oración y la iniciación a la Sagrada Escritura son aspectos centrales de la formación cristiana de los pequeños (DGC n. 178).

Pero, ¿qué pueden aprender los pequeñines y cómo podemos enseñárselo? Checa estos tips que seguro te serán de mucha ayuda:

  1. Oraciones espontáneas y sencillas. A esta edad, lo mejor es enseñarles algunas oraciones muy sencillas de una sola frase, como: Jesús quiero ser tu amigo; mamá María, quiero que estés conmigo; Diosito, bendice mi cama, que ya me voy a dormir.

     

Esto se puede realizar al iniciar la clase, para agradecer por su cumpleaños o porque hicieron bien la tarea. Puedes aprovechar cualquier momento para dedicar un tiempo de oración y así ellos irán descubriendo que están siempre acompañados por un papá Dios que los ama.

En esta misma línea, se les puede enseñar oraciones básicas, como el Ángel de la Guarda, el Ave María. A los pequeñitos les gusta cantar, hacer gestos o mímicas y ésta es la mejor forma para enseñarles a orar. Lo puedes hacer en el salón de clases al iniciar el tema o al terminar la sesión. También puedes sugerirles que hagan cualquiera de estas oraciones en casa con mamá o papá.

  1. Conceptos básicos. ¿Qué conceptos pueden aprender? En primer lugar, podemos hablarles de Dios como papá, de María como mamá y de Jesús como un amigo. Para este momento, puedes valerte de varios recursos, tales como: dibujar, colorear, recortar; también puedes usar cuentos, fábulas. La idea es incluir todos sus sentidos: tocando, oliendo, observando.

     

  • Dios es papá porque está con cada uno de nosotros, porque está antes que nosotros porque está cerca de ellos, es amoroso y creador de las cosas.
  • María como mamá. Hay muchas canciones y muy sencillas que hablan de la virgen como mamá, madre de Dios y madre nuestra. Escoge una canción y enséñales la tonada y canta con ellos. Explícales brevemente de qué se trata para que lo comprendan y mientras cantan pueden colorear una imagen de María.
  • Algo parecido puedes hacer para enseñarles sobre la vida de Jesús y sus amigos.
  1. Historias de la Biblia. Esta etapa es también una muy buena ocasión para irlos acercando al libro de los libros, la Biblia. ¿Por qué la Biblia? Porque es el libro que inspira nuestra vida, que anima nuestra fe. ¿Cómo puedes hacerlo? Lo mejor es tomar escenas e irlas adaptando a su lenguaje. De hecho, hay varias versiones especiales para niños, algunas con muchas imágenes, en forma de cuento o historieta y para colorear. (En www.bibliaslogos.com.mx puedes encontrar unas muy bonitas).
  2. Actitudes y valores. Aquí caben muy bien las recomendaciones del papa Francisco, poner en práctica las cuatro palabras transformadoras, que son: “permiso”, “gracias”, “perdón” y “por favor” (La Alegría del Evangelio, n. 133).

     

  • Pedir Permiso significa cercanía respetuosa, acercarse sin invadir. Tener cautela ante el espacio sagrado del otro. Es entrar con cortesía en la vida de los otros. Hoy en nuestras familias, en nuestro mundo a veces violento y arrogante es necesario tener mucha cortesía.
  • Dar las Gracias expresa la gratitud hacia quien hace un favor, escucha, colabora o tiene un gesto cálido. Esta palabra, requiere humildad. Exige reconocer que la vida que hay en el otro, en el prójimo más cercano; engrandece con su generosidad la propia ante las carencias que se tiene.
  • Pedir Perdón. Es un término que, expresado con un corazón sincero, sana, repara y acorta distancias. Permite crecer como familia en un contexto de seguridad y armonía, porque la práctica del perdón genera confianza. Confianza de que se ama a cada uno como es, independientemente de sus debilidades.
  • Pedir Por favor. Sí, hay que saber pedir. Aprender a pedir, pedir con amor. Los padres bien conocen de qué se trata esto con los hijos.
  1. Experiencias y comportamientos. A esas edades, es difícil hablar de “aprendizajes de fe” como tal; pero en todo lo que hacemos con los pequeños ellos irán registrando en su mente, en su corazón cosas agradables y buenas para su vida. La experiencia con resultados positivos se queda firmemente grabadas en su mente y forjan los valores con los que van a desarrollarse en los próximos años.

     

Te sugerimos platicar con ellos sobre qué les gustó, como lo pudimos hacer mejor y cómo ellos pueden hacer algo desde su situación; eso puede ayudarte a descubrir sus avances, sus estancamientos y sus aprendizajes de fe.

No está de más recordarte que el clima educativo debe estar impregnado de amor, confianza y cercanía para provocar así una simpatía hacia el contenido que queremos compartir. Estamos seguros que la misma práctica te irá descubriendo nuevas ideas de cómo acompañar a los pequeñines y disfrutarás más de la catequesis junto con ellos. Ojalá nos compartas algo de tus descubrimientos.

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