Catequistas con espíritu

El punto de partida de la espiritualidad cristiana es el encuentro personal con Cristo. Así pues, la vida espiritual del catequista es ante todo seguir a una persona a quien debe conocer bien. Esa espiritualidad, según el Documento de Aparecida se alimenta de la Palabra, de la eucaristía y de los necesitados. Estas son las pautas en las que se enmarca esta colección.

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