Los aprendizajes de fe que nos está dejando la pandemia


Nos sobrevienen pruebas de toda clase, pero no nos desanimamos; estamos entre problemas, pero no desesperados… (2 Cor 4,8-9).

Esta frase de san Pablo que escribió a los Corintios suena hoy muy actual. Estamos viviendo como humanidad “pruebas de toda clase, pero no nos desanimamos”. En México, ni siquiera hemos salido de la cuarentena que un terremoto sacude nuestro suelo de nuevo. ¿Qué más seguirá?

En Dabar, como creyentes cristianos católicos, nos preguntamos ¿qué aprendizajes de fe nos está dejando esta pandemia? Compartimos contigo algunos que creemos importantes para mantener el buen ánimo.

  1. La vida es lo más valioso que tenemos

¡Qué grandiosa es la vida, pero al mismo tiempo, qué frágil! Esta situación nos obliga a detenernos y a decir “gracias, Dios por esta vida que nos has dado”. Como creyentes tenemos la certeza que la vida es un don de Dios, él nos la ha dado gratuitamente para realizarnos como personas y ser felices. Pero, al mismo tiempo, la vida es una tarea que debemos cuidarla, valorarla, agradecerla, por sobre todas las cosas.

  1. El cuidado puede salvarnos

Esta situación nos ha obligado a poner más atención en nuestra salud. A tener una actitud de limpieza en todo momento. Pero no solo con nosotros, sino también con quienes están a nuestro lado. Descubrimos que el cuidado es esencial en nuestra vida, como dice el eco-teólogo L. Boff. Hay que cuidarnos para estar sanos. Pero también a cuidar nuestro planeta porque estamos relacionados con todo lo que nos rodea. Somos seres en relación y todo lo que está a nuestro alrededor nos afecta y le afectamos también.

  1. La sana distancia puede hacer la diferencia

Aprendimos que “tomar distancia” es una manera de ser solidario con el vecino. Nunca nos habíamos preocupados tanto por la distancia. Pero, ahora, aprendimos que es bueno estar juntos, pero con su sana distancia. Y si respetamos y guardamos nuestra distancia nos ayudamos mutuamente: nos salvamos del contagio.

  1. Podemos vivir con lo esencial

Quizá muchos de nosotros no estábamos educados para vivir con lo esencial, o con lo básico. Esta situación nos enseñó que no es necesario tener muchas cosas para estar bien. Lo básico nos ayuda a cuidar nuestras cosas, nuestro dinero y a comprar solo lo indispensable.

  1. La fe nos asegura que Dios camina entre nosotros

Como creyentes tenemos una garantía. Nuestra fe nos confirma que no estamos solos, porque el Dios en quien hemos puesto nuestra confianza está siempre en medio de nosotros. “En realidad, [Dios] no está lejos de nosotros, pues en él vivimos, nos movemos y existimos, como dijeron algunos poetas suyos: «somos también del linaje de Dios» (Hch 17,28). La fe, si no lo vemos de manera consumista, no resuelve nada, pero quizá nos da algo mejor: nos ofrece un sentido a nuestra vida. La fe nos dice que pase lo que pase, estamos en las manos de nuestro Dios. Y quizá en estos días es cuando hemos aprendido a confiar de verdad en este Dios de la vida.

  1. La oración es el alma para este tiempo de crisis

La oración es “hablar de amor con quien sabemos que nos ama” (Santa Teresa). Pero ante esta situación, la oración fue más bien de súplica: Señor, ayúdanos, enséñanos a cuidarnos de no contagiarnos. Enséñanos a ser pacientes en casa, con los hijos que gritan, con la abuelita que va mas despacio. Enséñanos a dialogar como debe ser y no hablar todos al mismo tiempo.

  1. La escucha es la base para dialogar en familia

Aprendimos que estar en casa, juntos, encerrados, llega un momento donde no hay mucho que decir. Y mas bien nos sentimos invitados a escuchar, a guardar silencio, a estar con y entre nosotros. Y al final, descubrimos, que esto también es muy valioso porque nos hace mucho bien.

  1. Tener paciencia es muy importante para salir adelante

Quizá algunos tuvimos momentos de desesperación o de angustia. Pero, gracias a la presencia, a la escucha, al diálogo con la familia, aprendimos que la paciencia, es muy valiosa porque nos ayuda a serenarnos y a redescubrir que la vida es más importante que cualquier otra cosa en este mundo.

  1. Nuestro coraje por vivir puede más que cualquier pandemia

La pandemia nos descubrió cualidades que quizá teníamos escondidos en algún rincón de nuestro ser. Tener coraje también es tener pasión por la vida, por los tuyos, por tus proyectos y por la esperanza que todo puede ser mejor.

  1. La crisis afloró nuestra creatividad

La pandemia despertó en nosotros lo creativo que somos. Algunos inventaron cosas muy buenas desde cubrebocas, acciones educativas, solidaridad de todo tipo, hasta gente que entró en la búsqueda de una vacuna contra el virus. Sin duda, momentos de crisis como éstos, lejos de encerrarnos nos empujó al mundo para sacar lo mejor de cada uno. Y seguro que ahora estamos mejor fortalecidos en la fe, en nuestras relaciones y con muchas experiencias vividas.

Y tú, ¿qué estas aprendiendo de con esta pandemia? Sería muy grato e interesante que nos compartas alguna de tantas experiencias vividas.

No olvides, a seguir cuidándote, por el bien de todos.

2 Comentarios. Dejar nuevo

Responder a SuperDabar Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Rellena este campo
Rellena este campo
Por favor, introduce una dirección de correo electrónico válida.
Tienes que aprobar los términos para continuar